Ayer con Pepe Cárdenas, en Radio Fórmula, Rafael Cardona dijo en su Cristalazo algo así como que apenas están comenzando a moverse las olas del tsunami que viene. Más tarde, en El asalto… de MILENIO Tv, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Miguel Barbosa, opinó que las autoridades están obligadas a esclarecer, pero … Continued
Ayer con Pepe Cárdenas, en Radio Fórmula, Rafael Cardona dijo en su Cristalazo algo así como que apenas están comenzando a moverse las olas del tsunami que viene.
Más tarde, en El asalto… de MILENIO Tv, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Miguel Barbosa, opinó que las autoridades están obligadas a esclarecer, pero “¡en días!”, el estrujante caso de los normalistas rurales de Ayotzinapa porque inclusive, si jurídicamente se llegara a saber lo que ocurrió con ellos y los culpables materiales e intelectuales fueran atrapados, el problema es de tal naturaleza que, en rigor, “nunca se resolverá”.
Nada más cierto: lo que sucedió ayer en Chilpancingo, aderezado con el activismo del magisterio disidente oaxaqueño y michoacano (sus cuadros se preparan, precisamente, en las normales rurales); el anuncio del ERPI sobre la creación de una “brigada de ajusticiamiento”; los disparos de policías ministeriales a estudiantes del Tec y Chapingo, más la inevitable permeabilidad de la UNAM y el IPN, son signos del tsunami de un problema tan irresoluble como el 2 de octubre…