Elecciones 2024
Elecciones 2024

La mercadotecnia electoral, en México, vive un parteaguas. Las apuestas estratégicas del PRI y del PAN tuvieron el doble efecto de anular mutuamente las posibilidades de triunfo de José Antonio Meade y Ricardo Anaya Cortes, al tiempo de potenciar el respaldo hacia la opción que la mayoría de los votantes reconoce como verdaderamente antisistémica.

Los viejos paradigmas de la comunicación política no funcionaron, para la “candidatura ciudadana”. Y los intentos de adoptar las banderas de la izquierda y enarbolar la lucha contra la corrupción de Anaya tampoco fueron exitosos. Los equipos de campaña de ambos candidatos presidenciales llevan todo lo que va del año enfrascados en una discusión estéril, respecto de quién es el segundo lugar, el rival de AMLO. Cuando la campaña sea historia, deberán dirimir quién hizo el peor diseño estratégico.

En el caso del abanderado de Por México al Frente, la responsabilidad recaerá en Anaya y el grupo compacto con el que ha concentrado la toma de decisiones, donde Damián Zepeda ha funcionado como mero operador y Santiago Creel funcionó más como jefe de recaudación que como asesor político. El perredista Manuel Granados y el emecista Dante Delgado tampoco participaron en las definiciones. Y la mancuerna Jorge Castañeda-Rubén Aguilar fue efectiva al colocar algunos mensajes y contenidos, pero poco pudieron hacer para aliviar los daños del caso Barreiro.

La coalición frentista resultó una fórmula errada: con el desgaste de dos décadas de escándalos y malos gobiernos, sin votos que aportar incluso en sus antiguos territorios, el PRD aseguró cargos legislativos pero verá muy disminuida su fuerza electoral. Incluso Movimiento Ciudadano podría convertirse en la cuarta fuerza electoral.

Anaya construyó Por México al Frente pero derrumbó la identidad panista. Y sin el respaldo vigoroso de los gobernadores, enfiló a la campaña con la apuesta riesgosa de ganar los debates.

La campaña es un cúmulo de eventos desafortunados: varios gobernadores panistas no asisten al inicio de campaña de Anaya; el gobernador perredista Silvano Aureoles se decanta por Meade; las tensiones entre Margarita Zavala y su equipo con Anaya aumentan; Margarita sale de la contienda y personas muy cercanas a ella, se unen a la campaña de Meade (Camacho su vocero, Eufrosina quien encabeza el tema de grupos y comunidades indígenas, y el equipo de Margarita en el estado de Guerrero); los senadores Ernesto Cordero y Jorge Luis Lavalle abiertamente exigen que el caso Anaya sea resuelto por la PGR…

Y en una ofensiva inusitada, los anayistas decidieron atacar a los calderonistas involucrados en el caso Odebrecht. Al respecto, el senador panista Roberto Gil Zuarth calificó como “sintomático y penoso” el ataque contra el expresidente Calderón, Jordi Herrera y Carlos Murrieta. Es la “bilis del foxismo fallido”, resumió.

Ni antisistema, ni antilopezobradorista, Ricardo Anaya se lanzó en busca del voto útil con el apoyo de un sector del empresariado, de poderosos personajes del peñismo y de conspicuos intelectuales. El videollamado al voto por el candidato que Oraculus —el agregador de encuestas de Leo Zuckermann, Jorge Buendía y Juan Ricardo Pérez Escamilla— resultó un bumerán y alimentó los argumentos sospechosistas del PRI, respecto de la validez metodológica de las mediciones que consideran contrarias a Meade.

Y al final, la oferta anayista de castigar la corrupción sin distingos ni limitaciones fue interpretada como un mensaje ominoso contra el Ejecutivo.

En la disputa por el segundo lugar, los equipos de José Antonio Meade y Ricardo Anaya trataron infructuosamente de conseguir el respaldo público del Consejo Mexicano de Negocios para fortalecer su presencia ante el electorado y atraer el fondos para sus causas.

Así resulta una anécdota vergonzosa la sorprendente pelea por demostrar quién se ubica en segundo lugar en las encuestas, cómo si el que llegará en segundo fuera relevante porque solamente se elige a un presidente.

Meade y Anaya quieren pasar a la historia como el mejor segundo lugar en la historia del país.

EFECTOS SECUNDARIOS

IMPACTANTE. En México, 63 por ciento de la gente está preocupada si la información es real o falsa, reveló el estudio sobre noticias digitales elaborado por el Reuters Institute for the Study of Journalism. Otro indicador de la desconfianza de la población se ve reflejado en su creencia de que al menos 43 por ciento de las noticias son fabricadas, nivel sólo superado a nivel global por los turcos y los griegos. El reporte reveló que la gente cree que la responsabilidad de combatir a las fake news recae en los editores, más que en la regulación gubernamental. Las aplicaciones de mensajería están tomando el relevo de las redes sociales, remarca la edición 2018 de reporte, y la gente se está desencantando con Facebook por las noticias. El Digital News Report del Reuters Instituto para el 2018 encuestó a más de 74,000 personas en 37 países sobre su consumo de noticias digitales.

DE FACTO. Los candidatos a la gubernatura de Morelos: Jorge Meade, del PRI; Víctor Caballero, del PAN y el independiente Fidel Demédicis, han unido voces para denunciar los vicios de origen de la postulación de Cuauhtémoc Blanco y exhortaron a la sociedad a votar con conciencia porque el exfutbolista “no es opción de gobierno para los morelenses”. El exalcalde de Cuernavaca, por lo pronto, anunció que no acudirá al debate.