Los primeros pasos de la presidenta Claudia Sheinbaum ante la elección de un nuevo presidente de Estados Unidos, han marcado otra diferencia con su antecesor que hace cuatro años decidió alargar el saludo a Joe Biden
De un espejo ven la mancha, no el reflejo.
Florestán.
WASHINGTON, D.C.- Pues los primeros pasos de la presidenta Claudia Sheinbaum ante la elección de un nuevo presidente de Estados Unidos, han marcado otra diferencia con su antecesor que hace cuatro años decidió alargar el saludo a Joe Biden hasta enero, a diferencia de otros de sus amigos en la región a los que congratuló de inmediato.
Sé que Sheinbaum había dicho el martes, día de las elecciones acá, que haría el reconocimiento al ganador o ganadora, cuando aquí se cumplieran todas las legalidades que pasan culminan en el Senado el seis de enero y toma posesión el 20.
Esa fecha, 6 de enero nos lleva, irremediablemente a 2021, cuando las hordas trompianas asaltaron el Capitolio, con escenas nunca vistas en la historia de este país y tomando instalaciones, el salón de plenos, incluido.
Pero regreso a esta jornada, cuando el movimiento de Trump diría él la madrugada de la celebración en West Palm Beach, en Florida, fue el que ganó las elecciones, no el partido Republicano, del que fue candidato, un giro que recuerda a López Obrador en julio de 2018, cuando reivindicó su victoria electoral para Morena, con el discurso de que él ya no se pertenecía. Ahora Trump, tampoco; es su movimiento.
Pero le hablaba de las diferencias entre Sheinbaum este miércoles y jueves, con la gestión del canciller Juan Ramón de la Fuente, y la de AMLO, entonces, cuando ella saludó desde el miércoles por la mañana el triunfo electoral de Trump, lo hizo personalmente y en sus redes, le escribió una carta en el mismo sentido y ayer ya había hablado por teléfono con él lo que, por lo visto, salió muy bien, claro, por ahora es hombre eufórico, y ya lo veremos cuando llegue a la Casa Blanca en sus más delirantes momentos de los que México es un enemigo predilecto. Al tiempo.
Pero Sheinbaum operó bien, mejor que su antecesor y, sobre todo, de una manera diferente
Y esa, la diferencia, para mí, es una gran señal.
RETALES
- RETO.- Trump en la Casa Blanca representa, sin duda, un riesgo y un reto para la presidenta, pero, en este orden, para Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard. El primero tendrá el momento a momento y el segundo la revisión, que Trump quiere renegociación, del TMEC;
- TROPEZÓN.- El régimen quiere que Rosario Piedra repita en la CNDH, pero cómo estará el conflicto, que Morena y aliados en el Senado, no hacen la mayoría calificada y por ahí se les podría ir la Piedra; y
- ERROR.- El tema del aborto siempre ha dividido a las sociedades y, en nuestro caso, a los mexicanos. No hay ni una micra de punto de acuerdo. El gobierno de la CDMX ha empujado su despenalización, que inició Martí Batres, ya lo iba a aprobar ayer el congreso local y lo pospusieron hasta que el caso tenga el respaldo de toda la sociedad, un imposible
Nos vemos el martes, pero en privado