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Será esta la cuarta vez que esta columna se ocupa de un tema de corrupción escalofriante sucedido en el Estado de Nayarit, durante el gobierno de Roberto Sandoval quien contó con la complicidad del Fiscal estatal Édgar Veytia, hoy preso en Estados Unidos, acusado de conspiración para importar y distribuir heroína, cocaína, metanfetaminas y mariguana a ese país.

Esta vez los mencionados vienen al caso por el reportaje publicado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, titulado “El fiscal que hizo de Nayarit un infierno”, donde se pone en evidencia la manera tan artera (ratera) en que, durante el período 2011-2017, policías encapuchados, dirigidos por Veytia que obedecía órdenes del gobernador Sandoval, extorsionaron, amenazaron y maltrataron a cientos de nayaritas para despojarlos de casas, ranchos, negocios, bodegas, terrenos, dinero en efectivo y valores.

La primera vez que dediqué una columna a las raterías de don Roberto (robaharto) fue el 6 de julio del 2017. Para entonces ya había caído en San Diego, California, el fiscal Veytia. En mi texto sugería yo que la Procuraduría General de la República debería de ponerle marcaje personal al gobernador al que le faltaban dos meses y días para dejar el cargo, debido a que el diputado federal Guadalupe Acosta Naranjo y el presidente municipal con licencia de Tepic, Leopoldo Domínguez, hicieron una denuncia en su contra ante la Subprocuraduría Especializada en la Investigación de Delitos Federales (SEIDF) por la probable comisión del delito de enriquecimiento ilícito. A la denuncia se unieron dirigentes y legisladores de los partidos PAN, PRD, PT y Morena.

El señor Sandoval terminó su período de gobierno y no le hicieron nada. Su cómplice de fechorías, al que por su maldad la población paisana de Amado Nervo apodó “El Diablo”, purga su condena en Estados Unidos. Por rígida que ésta sea, serán vacaciones comparadas con la penalidad que su crueldad y sadismo merecen por lo que hizo en Nayarit. Cuando uno se entera, a través del reportaje realizado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, donde se utilizan grabaciones y testimonios de las víctimas, de Veytia, no concibe la existencia de seres humanos con tal grado de insensibilidad y vileza.

Entre las muchas revelaciones contenidas en el precitado reportaje transcribo lo sucedido al señor Gerardo Montoya quien dijo: “¿El Diablo? Mire, si usted sintiera la mirada de ese señor (Édgar Veytia) como me pasó a mí, le juro que ni al mismo diablo le tendría tanto miedo”. El señor Montoya fue llevado a la Fiscalía junto con su esposa. A esta pareja la tundieron a batazos y cachetadas para quitarles una casa.

En mi texto del 6 de julio del año 17 escribí: “Por medio de la prensa me enteré de que Roberto Sandoval Castañeda ya tiene varias demandas ante la PGR, es decir ya está en la mira de la dependencia encargada de impartir justicia. Pero entre estar en la mira y decir ‘mira, ya lo atraparon’ hay una distancia de 17 hectáreas que es lo que mide el rancho que el gobernador nayarita posee en San Blas donde tiene criaderos de caballos y ganado porcino y bovino, una casa y un lago artificial. Cuando llegó al cargo que hoy ostenta aseguraba no tener más propiedades que una casa en Guadalajara comprada con un crédito de dos millones de pesos”.

En otro texto dedicado a la pareja diabólica, publicado el 4 de agosto del mismo año, me referí a una serie de entrevistas que la periodista Liliana Padilla realizó en el territorio nayarita para el noticiero “Con Puig a las Diez”, con ciudadanos de la región quienes acusaron de manera categórica a Édgar Veytia de cometer delitos “como asesinato, extorsión, despojo, detención arbitraria y violación a los derechos humanos”. No obstante lo declarado por la ciudadanía, el gobernador Sandoval Castañeda, en entrevista con la misma reportera, se expresó así en referencia a su fiscal: “Yo en el tema narcotráfico no meto las manos (en la grabación dijo menos pero eso es lo de manos) al fuego por él. Hay dos fiscales, el que yo conocí siempre en un combate directo a la delincuencia, en una cooperación con la Marina, en una cooperación con el Ejército, en una cooperación con el Cisen, en una cooperación con todo (todo incluye la Cruz Roja); y el fiscal que se cuenta en el tema de la gran noticia del narcotráfico. Puedo decir que el fiscal Édgar Veytia, que yo conozco, que viene conmigo desde tránsito, desde (la) presidencia municipal y todo (ya quedamos que todo incluye la Cruz Roja a la que mandó a varios) no se parece al fiscal que dicen (¿suplantación de identidad?). Es más, inclusive el mote de ‘El Diablo’, que le dicen, es mentira”. (Aquí el escribano se imagina ser Kiko, el amigo del Chavo, moviendo el dedo índice cerca de la cara del góber al tiempo que le pregunta: ¿Le dicen Satanás? ¿El Demonio? ¿Su ángel de la guarda? Me doy).

La entrevista culminó con Sandoval hablando de sí mismo: un ser impoluto, junto a él la madre Teresa de Calcuta resultó ser una mujer de moral relajada.

NOTA

Los lectores habrán notado que este textoservidor está con las pilas puestas pero descargadas. Para cargarlas debo tomarme unas vacaciones. Estaré de regreso el martes 10 de septiembre.