Minuto a Minuto

Nacional Detienen a pakistaní por golpear a israelí en bar de la colonia Roma, CDMX
Un hombre pakistaní fue detenido por autoridades de la CDMX tras agredir a un israelí en el bar drama de la colonia Roma, CDMX
Internacional Detienen en Rusia a 70 personas que rezaban por Zelenski
Unos 70 miembros de ua secta religiosa fueron detenidos en San Petersburgo, Rusia, tras dedicar sus rezos al presidente ucraniano Zelenski
Nacional Balen a mujer en la colonia Asturias, CDMX
Una mujer fue herida por arma de fuego en calles de la colonia Asturias de la Ciudad de México este sábado 27 de diciembre
Nacional Procesan a dos custodios que trasladaban 37 mdp en efectivo en el Edomex
Los custodios Ivan "N" y José "N" no pudieron acreditar la legal procedencia de los 37 millones de pesos en efectivo
Nacional Marx Arriaga acusa intento de privatizar la educación en la SEP; hace un llamado a “rebelarse”
El director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, planteó crear los Comités para la Defensa de la Nueva Escuela Mexicana

El 17 de octubre de 2019 desapareció el Estado en Culiacán. Desaparecieron los tres órdenes de gobierno: el federal, el estatal y el municipal.

No solo el Ejército fue rebasado por ríos de delincuentes armados y entregó a su detenido, Ovidio Guzmán, hijo del ‘Chapo’ Guzmán, sino que la ciudad, vacía de ciudadanos y de autoridades, quedó 24 horas en manos del crimen.

Como en un relámpago quedó claro quién tiene el poder real en Sinaloa. Los culiacanenses vieron por la noche, una y otra vez, pasar por sus calles convoyes de sicarios celebrando, portando algunos máscaras de neón de la Santa Muerte, y las armas con las que horas antes habían abrumado al Ejército en las calles de la ciudad.

Como siempre, desconocemos los detalles del hecho: dónde y cómo detuvieron a Ovidio Guzmán, adónde lo llevaron y cuál fue el momento crítico en que el gobierno decidió liberarlo para evitar lo que, en efecto, hubiera sido una masacre.

Hay la versión de que los sicarios tenían en sus manos a ocho soldados y que Ovidio Guzmán fue soltado a cambio de sus vidas. Hay la versión de que los sicarios sitiaron la unidad habitacional donde viven los familiares de las fuerzas armadas y dispararon contra ella, inclinando así, despiadadamente, la balanza a su favor.

La torpeza del operativo fue reconocida por el gobierno, aunque desconocemos también los detalles. El resultado fueron unas horas de terror en Culiacán y el sometimiento de los soldados a los pistoleros, una derrota en forma y fondo para la Guardia Nacional, para el Ejército, para el Gobierno Federal y para el gobierno local: para el Estado.

No creo que haya nada que celebrar en ello por parte de las oposiciones y de los críticos. Por el contrario, la derrota del Estado en Culiacán nos amenaza a todos.

En la lucha del gobierno contra el crimen, nuestra solidaridad ha de ser para el gobierno, para las fuerzas armadas, para las policías y las autoridades que luchan de este lado de la guerra, en defensa de todos.

La crítica a los errores no debe borrar la toma de partido fundamental por el Estado contra el crimen.

[email protected]