Elecciones 2024
Elecciones 2024

El pasado día 26 se cumplieron 14 meses del terrible acontecimiento en Iguala, Guerrero, donde 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, municipio de la misma entidad, desaparecieron sin que, hasta la fecha, se sepa qué fue de ellos.

Cansados de tantas mentiras de parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, padres y familiares de los 43 normalistas, desde la noche del pasado jueves, instalaron un plantón, cerca de Los Pinos, en la lateral de Chivatito, cerca de Polanco y Las Lomas, en donde vive y concurre la gente nice de la capital.

La pretensión fue la de protestar por la falta de eficacia gubernamental en la búsqueda de los suyos y presionar a las autoridades hasta lograr sostener una reunión con el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong y la titular de la Procuraduría General de la República, Arely Gómez. Además, la solicitud de que se integre un nuevo equipo especializado para investigar lo ocurrido aquella madrugada de septiembre del año pasado.

Después de que el licenciado, especialista en cuentos, Jesús Murillo Karam, a quien en esta columna le pusimos el remoquete de El Tío Polito, le faltara el respeto a la inteligencia de todo el país al proclamar, sin rubor alguno, “la verdad histórica” del caso, según la cual los estudiantes fueron ejecutados e incinerados en el basurero municipal de Cocula, Guerrero; tesis que fue desenmascarada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH); los afligidos padres de los desaparecidos ya no creen en promesa alguna y por eso presionaron con lo que llamaron “El plantón de la dignidad”.

Esta mañana —lunes— tres de los padres del plantón, Epifanio Álvarez, Bernabé Abraham Gaspar y Maximino Hernández Cruz, fueron entrevistados por Ciro Gómez Leyva en su noticiero Por la mañana, en Telefórmula. Tan sólo de ver sus rostros de rabia y hambre, de angustia y sed de justicia, me solidaricé con ellos. Luego, al percatarme de lo fácil que es solidarizarse con una causa desde la comodidad de mi cama, sentí vergüenza por mí.

Durante la entrevista, Epifanio Álvarez exigió: “Queremos que sea algo concreto, que cumplan su palabra, porque en varias ocasiones lo hemos vivido, lo hemos pasado, que se han firmado minutas, donde no se cumplen (…) es por eso que en esta reunión no queremos que nos digan mentiras, queremos buscar a nuestros hijos, estamos desesperados”.

Por su parte, Bernabé Abraham Gaspar comentó que el retiro del plantón dependerá del resultado de la reunión. “Todo depende de la reunión que tengamos con los comisionados de la PGR, de la procuradora, todo depende de cómo nos digan, si realmente vamos y vemos que no hay un avance para poder empezar a buscar a nuestros hijos, nos vamos a quedar”.

Maximino Hernández Cruz expresó: “de lo que escuchemos hoy en la reunión vamos a definir lo que sigue, porque ellos van a decir que van a hacer la búsqueda, nosotros vamos a seguir trabajando hasta que veamos los resultados”.

En el lenguaje corporal, caras y actitudes de los tres dolientes padres, se les nota la incredulidad a la que los han llevado 14 meses de mentiras.

Uno de los males de nuestra idiosincrasia es que somos un país de mentirosos. Mentimos en automático. Desde niños aprendemos a mentir, a fingir, a simular. Por lo general es en el hogar donde decimos y oímos las primeras mentiras. “Rosita, si viene mi comadre a cobrarme le dices que salí a ver a tu abuelita que se puso grave”. Un padre sin sonrojarse habla a la oficina, delante de toda la familia, para decir que amaneció con calentura cuando la verdad es que amaneció crudo.

Una de las simulaciones que vivimos desde la infancia es la de Santa Claus y los Santos Reyes. Todos sabemos que no existen pero fingimos sorpresa al ver lo que nos traen. Yo a mis hijos de mi primer matrimonio les dije que no existían tales personajes. ¿Por qué un pinche gordito vestido de rojo se iba a llevar el mérito de traerle a uno de ellos la famosa Casita de los Weebles, que en la tele se veía muy divertida con muchos personajes y que en la juguetería te enterabas que los personajes había que comprarlos aparte y además: no incluía baterías? Así las cosas, mi hijo el más grande tendría cuatro años cuando iba al kínder del gobierno: Guadalupe Borja de Díaz Ordaz. La directora nos mandó llamar a su madre y a mí. “Manuelito es un niño muy maduro pero ya les dijo a sus compañeritos que no existe Santa Claus”. Mi respuesta fue una pregunta: ¿Y existe, maestra?

Ya para terminar mi colaboración, me entero que, al medio día de este lunes, los padres de los 43 desaparecidos se reunieron con la procuradora Arely Gómez, quien les confirmó que José Aarón Pérez Carro será el titular de la nueva Unidad Especializada en Investigación y Búsqueda para el caso Ayotzinapa, por lo que decidieron que levantarán el plantón. Confían en que todo sea verdad.

Señora Arely Gómez, desde esta columna le doy un voto de confianza para que con su actuación nos brinde a los ciudadanos mexicanos una de las premisas de la democracia: El derecho a la verdad.