Más allá de lo paradójico de que coincidan en algo, uno ni otra están obligados a explicar por qué, de ser ciertas sus aseveraciones, no hicieron lo conducente para meterlo a la cárcel
La intromisión de Andrés Manuel López Obrador en la execrable reelección de Rosario Piedra en la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos relegó el interés por la tunda que se llevó el nuevo dirigente del Acción Nacional, Jorge Romero Herrera, tratado como delincuente por dos enemigos jurados: Claudia Sheinbaum y Felipe Calderón:
Más allá de lo paradójico de que coincidan en algo, uno ni otra están obligados a explicar por qué, de ser ciertas sus aseveraciones, no hicieron lo conducente para meterlo a la cárcel.
La noche del domingo, en cuanto ganó la elección en su partido, a Romero se le ocurrió decir:
“Vamos a ofrecer diálogo al gobierno, porque para eso nos paga la gente y porque creemos que dialogando es como se entiende la gente y se pueden solucionar los problemas de este país. Pero va a ser por una sola vez porque no somos ingenuos y ya hemos escuchado lo que ha dicho este nuevo gobierno. Ofrecemos la mano, ellos deciden si la dejan extendida, allá ellos. Que demuestren lo que quieran demostrar. Si quieren clasificar, como llevan seis años haciéndolo, entre ciudadanos de primera y de segunda, entonces el PAN va a darse su lugar y vamos a alzar la voz. Y si nuestro destino es irnos a las calles como en los noventas, los ochentas, en las calles vamos a estar…”.
Sheinbaum reaccionó exhibiendo lo que Calderón dice en su libro Decisiones difíciles:
“Jorge Romero, de la Ciudad de México, ex delegado en Benito Juárez, famoso por los casos de corrupción que constantemente empresas extorsionadas revelan. Un amigo suyo y sobrino mío me relató que dejó de trabajar con él cuando el propio Romero le confesó que asociaciones de ambulantes y otros le representaban a su grupo ganancias de siete millones de pesos al mes. Con ellos, además, habían filtrado el padrón del PAN en toda la ciudad…”.
Y la Presidenta complementó la fulminante cita con su propio juicio:
“Eso es lo que opina Calderón, que no es precisamente alguien que apoya a la 4T, ¿verdad? (Romero) Es el jefe del cártel inmobiliario, el presidente del PAN. Lo conocimos muy bien en la Ciudad de México. Probablemente no fueron ‘los de abajo’ quienes revelaron; incluso los propios empresarios, como testigos, revelaron el modus operandi de ese grupo muy corrupto de la alcaldía Benito Juárez. Entonces, pues ese es el hoy representante del Partido Acción Nacional (…). Eso es lo que llegó a la dirigencia del PAN. ¿Y diálogo?, siempre van a tener ahí con la secretaria de Gobernación…”.
Romero le replicó:
“Ante esta propuesta de diálogo, ¿su respuesta es calumniarme desde la titularidad de la Presidencia de México y con toda la fuerza comunicativa del Estado? Usted, Presidenta, es quien debería convocar a la unidad nacional, a nuestra integración como sociedad, no a su división ni a su pugna”.
Y se justificó:
“Usted alude a señalamientos contra mi persona, entonces le pregunto: ¿por qué no hay ninguna imputación contra mí si este tema ya tiene más de dos años? Ni una sola imputación. Ni una sola”.
¿Por…?