Elecciones 2024
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En el prólogo del libro “Sin filias ni fobias, memorias de un fiscal incómodo” de Santiago Nieto Castillo que fuera titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), Jaime Cárdenas Gracia, escribió: “Los caminos de la corrupción y de los delitos electorales son tan anchos como la imaginación”. Acto seguido se refiere al caso al que se enfrentó el autor del libro contra César Duarte Jáquez, ex gobernador de Chihuahua en fuga y el último priista expulsado del partido que a partir del próximo lunes será nonagenario. Tras diez años de andar huyendo de la justicia acusado del desvío de recursos públicos durante su mandato estatal, Duarte fue expulsado del Partido Revolucionario Institucional el pasado 25 de enero del 2019, fecha para la cual ya, el otrora partidazo, tenía menos militancia que el Club de Admiradoras de Fabiruchis.

Como Nieto Castillo relata en su libro, para financiar las campañas electorales priistas en su entidad, Duarte Jáquez retenía –voluntariamente a huevo- un porcentaje del salario de los servidores públicos estatales. Para ingresar a algún trabajo o conservarlo, desde jefes de departamentos hasta secretarios, tenían la obligación de firmar un documento en el que autorizaban que se les retuviera entre el 5 y el 10% de su salario. El dinero era recaudado por la oficina local de la Secretaría de Hacienda y depositado, por medio de un cheque, en una empresa particular; esa empresa cambiaba el cheque por efectivo y ese dinero fresco y limpio se le entregaba al secretario de Finanzas del PRI local. Durante el gobierno de Duarte, por este concepto, se desviaron 79 millones de pesos del erario.

Por cierto en el colmo del cinismo, cuando a raíz del caso Odebrecht, Nieto Castillo cayó de la gracia oficial, Duarte promovió una denuncia más en su contra, ésta por violación a la presunta inocencia del ex mandatario estatal. Al respecto, en el libro del doctor Nieto Castillo se lee: “Era increíble. Un prófugo de la justicia con dos fichas rojas de Interpol, que había generado un banco propio a partir de triangulaciones financieras, propietario de un rancho de dimensiones mayores a las de la capital de Chihuahua, me denunciaba por violación de presunción de inocencia”.

Y del norte de la república nos vamos al sureste, al estado de Chiapas, durante el gobierno de Manuel Velasco Coello, un joven distinguido por haber sido el gobernador más joven (32 años) en la historia de la entidad y, en su momento, del país. Además, logró la gran hazaña de dejar de ser Gobernador durante cuatro días, suficientes para asumir el cargo de Senador de la república y enseguida pedir licencia como tal para volver a ser Mandatario estatal hasta concluir su mandato. Todo esto mediante un leve tormento a la Constitución chiapaneca.

Chiapas fue el único estado de la república que no tuvo un proceso simultáneo con las llamadas elecciones intermedias del 2015 que se celebraron en el resto del país el 7 de junio. La Suprema Corte determinó que, por única ocasión los comicios se celebraran un mes y medio más tarde: el domingo 19 de julio. El primer paso para el titular de la FEPADE, de cara a las elecciones, fue contactar a Manuel Velasco y a su equipo de gobierno. Llegó el día, Nieto Castillo fue citado en la casa de gobierno. Con él se encontraba un grupo de funcionarios federales y locales. El gobernador se hizo esperar 40 minutos, un televisor en la antesala sintonizó, durante media hora, el programa La Familia P. Luche. Al titular de la FEPADE le dio la impresión que el gobernador –chavo joven- no los recibió hasta que terminó la emisión. (Aquí me imagino a Manuelito y a su mujer Anahí queriendo ser Ludovico y Federica, por cierto ella vive enamorada de Brad Pittín).

Por fin el doctor Nieto fue conducido ante el gobernador, para hacerlo pasó por un pasillo lleno de fotografías de Velasco Coello, en todas estaba rodeado de indígenas. Por lo que parecía ser la “egoteca” del gobernador, el fiscal fue guiado por “dos jovencitos delgados y rubios”. Hay que apoyar a los indígenas sobre todo en las fotografías.

Velasco le recordó a Nieto ser sobrino de su jefa –la procuradora Arely Gómez. ¿Qué quieres? –le dijo de manera altanera. Nieto Castillo comenzó a explicarle la labor de la  FEPADE en una elección. Sólo lo dejó hablar cinco minutos. Lo interrumpió con una pregunta: ¿Cuánta lana quieres?

Según el queretano –de San Juan del Río- Nieto Castillo, el proceso electoral de Chiapas 2015 fue uno de los más desaseados en la historia reciente del país, sólo comparable con el del Estado de México en el 2017. “Se trató de un proceso cuya ínfima calidad democrática permite recordar por qué la nuestra no es una nación  desarrollada”.

Velasco Coello tuvo una auxiliar destacada para que su partido el Verde Oportunista ganara los comicios: Matilde Espinosa, mejor conocida como “La Loba del Suachiate” quien con su exmarido, juez del registro civil local y otro familiar, secretario del Ayuntamiento, emitieron actas de nacimiento de ciudadanos guatemaltecos, validaron sus domicilios en la localidad y les proporcionaron su credencial de elector mexicana para votar por quien la señora Loba les dijera.