Elecciones 2024
Elecciones 2024

Después de semanas aguantando vara, nuestro canciller se apuntó una ayer en Washington: Trump le dio relevancia incorporando al vicepresidente Pence a una reunión de Ebrard, a la que solo asistiría Mike Pompeo.

Ebrard correspondió con algo que supone un bálsamo para el mandatario estadounidense: aceptó que “efectivamente, los flujos migratorios están creciendo demasiado y la situación actual no se puede mantener como está”.

Aun así, México recibió otra amenaza de Trump: “Si no se logra un acuerdo (hoy viernes), se empezarán a aplicar aranceles de 5 por ciento desde el lunes, con incrementos mensuales como estaba programado. ¡Entre más altos los aranceles, más empresas regresarán a Estados Unidos!”.

Vale la pena detenerse en las palabras de nuestro secretario de Relaciones Exteriores, porque significan un giro total en el tema migratorio:

  1. Apenas el 28 de marzo, el presidente prometió otorgar visas de trabajo a los migrantes en nuestro país, y anunció que Chiapas tenía capacidad para darles 80 mil empleos.
  2. Ayer, 5 de junio, el canciller consideró que “los flujos migratorios están creciendo demasiado y la situación actual no se puede mantener como está”.

De tomar acciones decisivas para incentivar que quienes escapan de la pobreza y la violencia en sus países se quedaran a vivir y trabajen aquí, promoviendo inversiones y proyectos para generarles empleos, pasamos a ponerles un tapón en la entrada.

Porque el pasado martes, nuestro gobierno mandó al Ejercito a Chiapas a detener una caravana migrante que viene desde Guatemala y, de enero a mayo, este gobierno triplicó las expulsiones de migrantes, con 80 mil deportados.

Para Trump es poco: “Arrestamos a 133 mil migrantes en la frontera porque México los deja pasar y los demócratas se niegan en el Congreso a ceder en la reforma migratoria. México básicamente no está haciendo nada por evitar que inmigrantes ilegales lleguen a nuestra frontera sur”.

Sin embargo, no se le pueden regatear progresos a Ebrard. Al menos por haber conseguido que ayer estuviera en la reunión el vicepresidente Pence. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la semana pasada su homólogo Pompeo lo dejó dos veces esperando en la antesala.

Eso da esperanzas a México: la presencia de Pence, ayer, y la aceptación de Ebrard de que los flujos migratorios a través de México a Estados Unidos “están creciendo demasiado” y que “la situación actual no se puede mantener como está”.

Un respiro para México, la primera, y música para los oídos de Trump, la segunda. Aunque los mercados ni tienen nariz ni escuchan: ayer, tras el impasse de las pláticas en Washington, Fitch bajó la calificación de México, Moody’s le bajó la perspectiva, y el dólar subió a 19.80 pesos.

Y nos siguen llegando migrantes.