Elecciones 2024
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Entre los múltiples ángulos a explorar está el de los efectos que esta grave pandemia tendrá en los sistemas democráticos. ¿Cómo saldrá la democracia de esta crisis? ¿fortalecida o debilitada?

Si el correcto funcionamiento de las instituciones democráticas, la transparencia y la rendición de cuentas son siempre importantes, en época de graves crisis, como la actual del coronavirus, cobran mayor relevancia.

Como dijo Merkel: “Corresponde a una democracia abierta que transparentemos y expliquemos las decisiones políticas. Que fundamentemos lo mejor posible nuestro proceder y lo comuniquemos, para que sea comprensible”.

En efecto, la democracia, su funcionamiento y su proceso de toma de decisión no deben ser percibidas por la ciudadanía como opacas, lentas e ineficaces sino todo lo contrario.

De lo contrario, corremos el riesgo de que gane fuerza el argumento que favorece a los sistemas de gobernanza autoritarios, con todas las implicaciones peligrosas que ello tendrá para nuestros derechos y libertades.

Pero para que una democracia tenga legitimidad, garantice derechos, ofrezca resultados, es decir, para que una democracia sea de calidad y tenga capacidad de ser efectiva, requiere de un Estado moderno, estratégico y eficaz, junto a la plena vigencia de un Estado de Derecho.

Requiere, asimismo, de un liderazgo democrático, competente, transparente, que rinda cuenta, esté cerca de la gente, sepa escuchar a sus ciudadanos, sienta empatía y que tenga capacidad para cumplir con sus promesas.

Si antes del coronavirus la democracia estaba bajo asedio, atravesando un momento de recesión democrática, enfrentando viejos y nuevos desafíos así como un alto nivel de insatisfacción con su funcionamiento, sus desafíos se han multiplicado y su sobrevivencia se ha vuelto más compleja.

En esta difícil coyuntura hay muchas cosas que están en juego, una de ellas, demostrar, con hechos y no solo con palabras, que la democracia no es solo superior desde el punto de vista ético, de disfrute de las libertades y de los derechos humanos, sino, también, que es más transparente y que es más eficaz que los regímenes autoritarios.

De lo contrario la democracia arriesga, ella misma, convertirse en una víctima más del coronavirus.

@Zovatto55