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Debo arrancar diciendo que yo nunca me he considerado gamer. Me gustan los gadgets, por eso tengo consolas, porque son productos, pero ya de ahí a jugar mucho tiempo… la verdad no. No es que no me lo quiera, es que las consolas de última generación llegaron tarde a mi vida y ya no tuve tanto tiempo como hubiera querido.

Habiendo hecho este preámbulo y develando mi contexto, quiero hablar hoy de Nintendo Labo. Si aún no lo has visto, lo mejor es que te des una vuelta por el video que publicó la firma japonesa.

https://www.youtube.com/watch?v=2UmRhLA3Qzk&feature=youtu.be

Ahí se muestra el concepto: artefactos de cartón y ligas, interactuando con los controles de la consola Nintendo Switch (Joy-Con) para crear instrumentos musicales, robots y otro tipo de gadgets.

No, no estoy bromeando. CARTONES, así como lo leíste, C-A-R-T-O-N-E-S.

Leído así de abrupto suena extraño: ¿Es que ahora Nintendo quiere vendernos cartón?

Pues… sí  y no.

La idea es que detrás de estos cartones, que se recortan, se doblan para generar diversas figuras, hay un software dentro de la consola, que interactúa con los giroscopios y demás sensores de la consola, de forma que, de esta suerte, cobren vida.

Desde mi niño interior recordé las diversas líneas de producto con las que jugué de niño: Tente, Lodela, Mecano, hasta los sencillos aviones armables de unicel que compraba en las papelerías. Ese video me transportó a esa época y me hizo pensar en qué hubiera pasado si todo eso que armé de niño, hubiera tenido el nivel de interacción al que me está ilusionando Nintendo.

Sinceramente, para los que se quedan en el mero cartón, siento que se están limitando a un nivel bajo de análisis. El software, detrás de todo esto es el que le dará el alma y la clave del concepto.

Si te gustan los números te dejo esto: de marzo a diciembre de 2017, Nintendo vendió más de 10 millones de unidades, y piensa fabricar de 25 a 30 millones de consolas en 2018.

Con esos datos, lo que es lógico es que el siguiente paso en la estrategia sea crear un ecosistema en donde los accesorios cobren vida y le den más razones para seguir gastando a este enorme mercado de niños, adolescentes y adultos. Hay que darle opciones a todos.

Lo que me queda duda de Nintendo Labo es si venderá repuestos de los cartones, sobre todo cuando el desgaste natural del juego haga de las suyas. Es decir, estoy de acuerdo en gastar un promedio de 50 dólares por el kit inicial, en donde seguro vendrá el software, pero… ¿qué pasa si se me rompe uno de estos gadgets de cartón y ya tengo el software?

Conociendo a Nintendo, seguro va a querer que vuelva a pagar por todo. Conociéndome a mí… no lo haré.