Hasta ayer, 23 organizaciones sindicales y el Congreso del Trabajo se han manifestado en contra de la nueva ley. La pregunta es hasta dónde llegarán por defenderse de la vulneración de sus derechos
LIC. CARLOS ACEVES DEL OLMO,
SECRETARIO GENERAL,
CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE MÉXICO:
Agandallar: abuso, sacar
ventaja sin miramientos.
Wikcionario.
Empecemos por las buenas noticias, don Carlos.
El Instituto del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) emprenderá un ambicioso plan de construcción de viviendas para compra y arrendamiento social, a fin de abatir la escasez de casas y departamentos de interés social. En 2025 empezará con 50 mil casas de un total de un millón planeadas para el sexenio, las cuales se sumarán al otro millón de casas para trabajadores afiliados, pero estas últimas caerán bajo la responsabilidad de la CONAVI.
A decir de la actual administración, dichas casas se erigirán bajo criterios de sustentabilidad, accesibilidad y eficiencia energética. En principio, cualquiera puede celebrar que se atienda el déficit de casas para las clases menos favorecidas; sin embargo, aquí es donde empiezan las malas noticias y concretamente para el INFONAVIT.
La primera, que la edificación se hará mediante una nueva empresa filial del INFONAVIT, cuando la institución siempre ha sido promotora y no constructora. Al tener una empresa, el INFONAVIT dejará de ser un detonante para la industria de la construcción, la cual anda de capa caída; por el contrario, será su competidora. Nada más falta que dicha filial la controlen los ingenieros militares.
Aunado a lo anterior, todos sabemos que las empresas paraestatales mexicanas nunca, bajo ningún gobierno, han dado buenos resultados porque suelen seguir objetivos políticos y no los de la racionalidad empresarial. El punto es que estamos hablando de un fondo de 2.5 billones de pesos que si no son manejados con eficiencia empresarial se van al traste, afectando a millones de trabajadores.
Esta nueva función del INFONAVIT quedó habilitada mediante la iniciativa aprobada en fast-track el pasado 13 de diciembre; no hubo discusión con las partes interesadas, fue un albazo. Hasta ahora y más en el caso de la mayoría legislativa de MORENA, ninguna iniciativa aprobada con tal velocidad y mayoriteo ha resultado en piezas legislativas sólidas y congruentes; de hecho, exhalan un aroma de concentración de poder que asfixia a cualquiera.
Pero hay más puntos preocupantes en esta nueva ley. Los 2.5 billones de pesos están conformados con los dineros aportados por los trabajadores, los patrones y el gobierno; es decir y como usted sabe mejor que yo, es un fondo tripartita. Entonces, ¿por qué el INFONAVIT decide unilateralmente que esos fondos se van a su nueva empresa filial? El que la iniciativa así lo establezca y lo haga pretendidamente “legal”, no necesariamente es congruente con los principios del Derecho y la justicia.
El segundo punto inquietante es que las modificaciones a la ley del INFONAVIT dan lugar a una tendencia a la opacidad y la discrecionalidad. Para empezar, rompe el equilibrio tripartita en las Comisiones de Vigilancia y Auditoría, dando una mayoría al gobierno. De una parte, genera dudas en cuanto a la transparencia y eficacia en el manejo del enorme fondo antes mencionado; si todo se va a hacer correctamente como pregona la 4T en todas sus acciones, ¿qué necesidad de dominar las Comisiones? Y acuérdese que ya no existe el INAI para exigir cuentas.
De la otra, si los dineros provienen por partes iguales de tres actores, ¿qué derecho tiene el gobierno a tener mayoría en esas comisiones? Nuevamente, esta modificación es “legal” porque se aprobó en el Congreso, pero no está de acuerdo con los principios del Derecho. Con otra don Carlos, si los trabajadores y/o lo patrones quisieran impugnar el nuevo ordenamiento jurídico, tal y como está la nueva Ley de Amparo me entra la duda de si tendrán alguna oportunidad de ganar el litigio.
En abono de lo arriba planteado, los manejos del Instituto dejarán de ser supervisados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y solo se atendrá a las normas emitidas por Hacienda. ¿Qué buena razón nos pueden dar los diputados que aprobaron la iniciativa para limitar la vigilancia de un fondo tan grande y que no pertenece al gobierno?
El tercer punto es que la nueva ley confiere al director general del INFONAVIT, Octavio Romero Oropeza, el derecho de veto sobre las propuestas que hagan trabajadores o patrones. Una vez más, si los recursos son de tres actores, por qué el director tendría más voz y voto que los demás; y encima estamos hablando de un director como el ingeniero Oropeza, cuyas escasas capacidades quedaron demostradas en su paso por PEMEX.
Por el lado que se vea, la nueva ley del INFONAVIT y su filial suenan a agandalle; tienen todos los visos de un interés por echar mano de un montón de dinero de manera discrecional y con opacidad, como ya lo ha hecho la 4T con otros fondos.
Hasta ayer, 23 organizaciones sindicales y el Congreso del Trabajo se han manifestado en contra de la nueva ley. La pregunta es hasta dónde llegarán por defenderse de la vulneración de sus derechos.
Espero, don Carlos, que la reciente cercanía de algunos sindicatos con MORENA no les doble las manos.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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