La pelea de los siguientes cuatro años será como subir el Everest sin oxígeno de apoyo
JUAN RAMÓN DE LA FUENTE,
SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES:
Radical: extremista,
fanático, instransigente.
Diccionario de la RAE
Es solo el primer round de una pelea que ni siquiera ha empezado formalmente y Donald Trump ya obtuvo lo que quería. Según su mensaje en redes sociales, la presidenta Sheinbaum “ha accedido a detener la migración de México y hacia Estados Unidos, cerrando de hecho nuestra frontera sur.” Con tal compromiso, por ahora parece detenerse la imposición del 20% de aranceles a las exportaciones mexicanas.
Sin embargo, pero eso no quiere decir que la relación bilateral vaya a ser fluida y mucho menos amistosa, doctor De la Fuente.
De acuerdo con la revista The Economist, Trump no solo ha alterado el estilo político y el establishment estadounidense. Como todos los populistas, está enamorado del pasado y es más afecto a la política mercantilista previa a la II Guerra Mundial que al libre comercio que con tanto esmero promovieron sus predecesores. “Los déficit comerciales son la prueba de que otros países le toman el pelo a EUA”, ha declarado.
Aun si la llamada entre la presidenta Sheinbaum y el mandatario electo tiene el efecto deseado sobre la aplicación de aranceles, a decir de los expertos nada debe darse por seguro. Los analistas ven muy posible que Trump busque la manera de echar abajo el T-MEC; esto es, que en vez de una revisión del Tratado se haga a una renegociación, “y el gobierno mexicano se ha puesto en una posición más vulnerable con los recientes cambios hechos al sistema de justicia”. Les dijimos que la Reforma al Poder Judicial era nociva, pero esa ya es otra historia.
Volviendo al comercio bilateral, el próximo presidente de EUA tiene la idea casi fóbica de que los autos chinos fabricados en México están inundando los EUA. No hay una sola planta china en nuestro país; esto tiene la misma veracidad como lo que dijo sobre los migrantes haitianos que se estaban comiendo las mascotas. Pero así son los populistas, les encanta la posverdad y los gringos se lo creen. Sound familiar?
Ahora bien, aun cuando México haga las tareas de contención de los flujos migratorios, la administración Trump seguirá con sus planes de deportación masiva. En esta política contaría con el respaldo de la opinión pública, con todo y lo violatorio de los derechos humanos que pueda llegar a ser para los que cuentan con estatus de asilados, están en espera de una resolución judicial o tienen familia nacida en EUA. Recordemos que las encuestas levantadas durante la contienda presidencial indicaban que la mayoría de los estadounidenses culpaba a los demócratas del flujo migratorio; la idea de que una ola de bad hombres ha infestado a EUA se ha sedimentado en la mente de los votantes.
Y ayer nos amanecimos con que el zar de la Frontera, Tomas Homan, andaba de recorrido con el gobernador de Texas, Greg Abbot, para inspeccionar los terrenos en donde se pondrían los centros de detención. “Cualquiera verá que nueve de cada 10 personas que solicitan asilo terminarán con una orden de deportación”, sentenció Homan. Como he expresado en este espacio anteriormente, si van a botar a los pobres migrantes en nuestro territorio, ojalá México pueda negociar que EUA aporte recursos para la manutención de estas personas y su eventual traslado a sus países de origen.
Luego está el asunto de las drogas, sobre el cual ningún escenario es descartable. Al respecto, la revista The Rolling Stone difundió ayer que en el equipo del próximo presidente se discute hasta dónde podría llegar una “invasión suave” a México. Esto es, por ejemplo, ataques a las guaridas de los narcos con drones y/o fuerzas especiales encubiertas. El secuestro de El Mayo Zambada sería cosa de niños. ¿Nuestra soberanía? Bien gracias, doctor De la Fuente. Hasta dirían que nos hacen un favor.
Claro, siempre queda el recurso de relanzar formalmente las operaciones coordinadas con las fuerzas mexicanas, las cuales se vieron suspendidas con el presidente López Obrador. Ya nos contará usted qué decide doña Claudia.
Todo indica que hay que leer y prever la conducta de Trump como un político que no tiene nada que perder. Ya no podrá ir por otro mandato, así que no tiene ningún incentivo para evitar los costos de sus decisiones y, en última instancia, estas acciones descabelladas serían aplaudidas rabiosamente al otro lado de la frontera y eso es lo que Trump pretende.
A decir de los analistas estadounidenses, el republicano no es proclive a las alianzas, en las cuales se suman las fortalezas de cada una de las partes y una de ellas ejerce el liderazgo. Trump acostumbra a menospreciar a sus contrapartes y, más que el liderazgo, prefiere la dominación. No se atiene a las reglas y le tiene sin cuidado continuar con el precepto de que EUA debe dar ejemplo al mundo; lo que le importa es ganar en sus propios términos.
Así que prepárense para el siguiente round, don Juan Ramón. La pelea de los siguientes cuatro años será como subir el Everest sin oxígeno de apoyo.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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