MORENA y aliados son una aplanadora, solo que el conductor despacha en Palacio Nacional y sin él son nada. Lo dudo
LIC. MARIO DELGADO,
PRESIDENTE DE MORENA:
+Con las leyes pasa como con
las salchichas; es mejor
no ver el proceso.
Otto Von Bismark
Cuando me inicié en el periodismo, los legisladores priistas en ambas Cámaras eran una aplanadora; les apodaban despectivamente “levantadedos”, pues aprobaban la gran mayoría de las iniciativas y modificaciones legales enviadas por el presidente de turno. Desde entonces, el Poder Legislativo empezó a crear su mala fama ante la ciudadanía.
No obstante, los priistas tenían el tacto de buscar el consenso con la oposición; no es que los moviera un espíritu democrático, sino que les importaba legitimar sus decisiones y el manejo de las formas. Famosas fueron las búsquedas de acuerdos cuando Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa coincidieron en el Congreso en la primera década de este siglo, sobre todo porque tuvieron la inteligencia de dar un paso atrás cuando el consenso no se daba. Luego, durante la administración peñista, el procesamiento de las reformas del Pacto por México, fueron primero negociadas y luego aprobadas por una mayoría plural.
Como un salto en el tiempo, hoy revive la aplanadora. Ahora es de color guinda, con una falla adicional. Aun cuando podrá arrollar, es una máquina débil, empeñada en mermar su legitimidad ganada en las urnas. Los legisladores morenistas se han convertido en una oficialía de partes, que solo reciben las iniciativas del Poder Ejecutivo para su aprobación automática, “sin cambiarle ni una coma”. No se ocupan, ni se preocupan por lo que la oposición pueda proponer. Al colocarse al servicio incuestionable del presidente, empoderan todavía más al Ejecutivo en detrimento de su propio poder como Legislativo.
Por si quedara alguna duda, Gerardo Fernández Noroña será el nuevo presidente del Senado, sin siquiera pertenecer a MORENA, bajo el argumento de que cuando López Obrador dio inicio la competencia interna por la Presidencia, asignó los premios para los perdedores, entre los cuales estuvo encabezar la Cámara Alta. Y como don Andrés ya dijo, pues el Senado obedece.
Una muestra del descuido a las formas es la transferencia de 15 diputados electos del PVEM a la bancada de MORENA, con el único propósito de que esta última siga encabezando la Junta de Coordinación Política, la más importante comisión en la Cámara Baja. No olvidemos que el Partido Verde se vio particularmente favorecido con la sobrerrepresentación y, como diría don Andrés, “amor con amor se paga”.
El PVEM representa nítidamente la pobreza de nuestro sistema de partidos; vamos, casi le gana al PRI actual. Según su declaración de principios, “es una organización ecologista política interesada fundamentalmente en el cuidado y conservación de la naturaleza y medio ambiente”. Desde 1991, año en que obtuvo el registro condicionado, su única acción en defensa del medio ambiente ha sido la ley denominada “el que contamina paga”. ¿Alguien ha visto a los verdes pugnar por el combate al cambio climático?
En otra parte de su declaración de principios, el Verde manifiesta que “busca también, la recuperación y afianzamiento de los auténticos valores culturales de México”. Bueno, a menos que los feudos familiares y los malos manejos sean considerados valores culturales, no veo cómo cumplen con tal precepto.
Desde sus orígenes, el PVEM ha sido controlado por la familia González, ya sea directa o indirectamente, lo cual demuestra su falta de democracia interna. Tanto Jorge Emilio González Martínez, alguna vez apodado el “niño verde”, como Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas, se han visto envueltos en escándalos de regulares dimensiones. Y algo similar puede decirse del actual gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo.
Una señal más de la falta de observancia a las formas y de ética política ocurrió esta semana, cuando Manuel Velasco anunció que ya había negociado que los senadores electos, Areli Saucedo y José Sabino, abandonaran al PRD para pasarse a las filas de MORENA en la Legislatura que arranca el 1º de septiembre.
¿Cómo es posible que un legislador verde anuncie el engrose de MORENA? El propio Adán Augusto López, próximo líder de los morenistas en el Senado, desconoció tal arreglo, para luego tener que desdecirse; efectivamente, el chapulineo ya estaba convenido. Lo lógico era que los perredistas se unieran al PRI o al PAN, pues eran parte de la coalición en las pasadas elecciones, o que se declararan independientes ante la desaparición de su partido; pero como dice el propio AMLO, “si no suena lógico, suena a metálico”.
Merced a estos dos senadores, MORENA está a un escaño de contar con la mayoría calificada en el Senado y, ahora sí, eliminar los diques que le impedirían modificar la Constitución; claro, será como mejor le venga en gana a don Andrés con su paquete de 20 iniciativas. ¿Cambiarán la tonada cuando Claudia Sheinbaum sea investida como presidenta?
MORENA y aliados son una aplanadora, solo que el conductor despacha en Palacio Nacional y sin él son nada. Lo dudo.
Y luego los partidos se extrañan de ser de los organismos que menos confianza inspiran a la ciudadanía…
Con la colaboración de Upa Ruiz
X: @upa_ruiz
X: @Lmendivil2015