La desconfianza del presidente López Obrador en los civiles incluye a su propia secretaria federal de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, por suponer que cualquier dependencia que no sea la Defensa Nacional llevará a la Guardia Nacional, de manera fatal, a corromperse
Que la seguridad pública sea comandada por militares parte de una convicción errada: suponer que la policía española y la gendarmería francesa dependen de las fuerzas armadas, pero lo cierto es que dependen de sus respectivos ministerios civiles del Interior.
La desconfianza del presidente López Obrador en los civiles incluye a su propia secretaria federal de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, por suponer que cualquier dependencia que no sea la Defensa Nacional llevará a la Guardia Nacional, de manera fatal, a corromperse.
El ingrediente militar en las policías dentro y fuera de México es por demás explicable por factores tales como formación, disciplina, equipamiento, cadena de responsabilidades, etcétera, pero con el sainete generado por el fallo de la Suprema Corte y la injuriosa reacción presidencial vale la pena saber cómo son controladas esas policías en el extranjero.
Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, doctor por el CIDE y especialista en seguridad pública, Víctor Manuel Sánchez Valdés publicó hace cuatro años en Nexos (7 de enero de 2019) Seguridad pública, ¿quién está al mando? sobre los 193 miembros de la ONU más el Vaticano, Palestina, Taiwán, Hong Kong, Macao, Kosovo y Puerto Rico, con datos de la Interpol, legislaciones y publicaciones especializadas, y encontró cuatro categorías:
a) 134 con seguridad “completamente civil”;
b) 16 con tareas compartidas entre civiles y militares, “aunque la mayor parte de las tareas se reservan a la autoridad civil”, como sucede en Francia y España (la policía en ciudades y las gendarmerías en áreas rurales menos pobladas);
c) 17 donde el trabajo es “concurrente por un cuerpo con mando civil y otro con mando militar” y
d) 33 en que las corporaciones tienen un mando “primordialmente militar o esquemas militares de operación”.
El modelo de AMLO “es pasar de la primera a la cuarta categoría”.
La tendencia global, escribió el investigador, “es clara: 75 por ciento de los países con mando completa o predominantemente civil”.
Como frente al español y al francés, el modelo tampoco es comparable con Italia o Chile, porque “a pesar del papel central de los Carabineros, también actúa de forma concurrente la policía civil”.
En síntesis, lo que la Corte resolvió nos aleja de prototipos como los de Colombia, Arabia Saudita, Tailandia, Yemen, Angola, Camboya, Kazajistán, Eritrea, Irán, Vietnam, Chad, Siria, Nicaragua y Corea del Norte.
Casi todos los países desarrollados, con sistemas de seguridad consolidados y bajas tasas de inseguridad como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Reino Unido, Japón o los países nórdicos, “tienen en común el mando civil total en las fuerzas de seguridad pública”.
Y analizada con índices de democracia tan reconocidos como los de The Economist, la idea de la GN dentro del Ejército es abominable característica de “países autoritarios y poco desarrollados” con modelos propios de “algunas de las peores dictaduras en el mundo…”.