Deplorable concepción del derecho a la información y de una degradada agencia estatal de noticias
Lo de “fuera máscaras” a que tanto llama el presidente López Obrador incluye a su gobierno, resuelto a ejercer el poder de los poderes por encima de los otros dos que mandata la Constitución y de los organismos autónomos del Estado, contrapesos que el Ejecutivo se empeña en disolver.
En la variedad de instituciones con funciones que le desagradan sobresalen las dedicadas a la información, y el viernes explicitó su desprecio por la rendición de cuentas con una fulminante descalificación al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales:
“¿Saben para qué sirve ese instituto o para qué servía? Nada más era una fachada para encubrir las corruptelas de los funcionarios…”, dijo al recordársele que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, confió a los senadores de Morena lo que su jefe le había instruido para congelar el nombramiento de comisionados y dejar al INAI en estado virtual de coma:
“Yo creo que lo que más nos conviene es que haya un periodo de impasse…”.
En la opinión presidencial, son las instancias bajo su control las únicas a las que debe recurrir la sociedad cuando demanda de la información que normalmente se le escamotea:
“¿Qué no existe la oficina de la Función Pública? ¿Qué no existe en el Poder Legislativo la facultad de aprobar el presupuesto y de darle seguimiento al ejercicio del gasto? ¿Qué no existe la Fiscalía Anticorrupción? ¿Qué no existe la Fiscalía General de la República? ¿Qué no todas las dependencias del gobierno federal y organismos del Poder Judicial y del Poder Legislativo están obligados a informar?”.
Sí, pero lo habitual es que se niegan.
Pretextó:
“Tenemos una oficina (el INAI) nada más para estar contestando todo, hasta cuánto papel sanitario utilizamos en el departamento (de Palacio) y hace unos días, en la última sesión que tuvieron, que si mi título y mi tesis…”.
Sus ejemplos fortalecen la importancia del INAI: antes de existir, la presidencia de Vicente Fox consignó en CompraNet hasta el precio de sus toallas; y los plagios universitarios de su amiga ministra, Yasmín Esquivel, explican el interés público por la legitimidad académica de López Obrador.
Encarrilado en la opacidad, también le dio puntillazo a Notimex, la agencia de noticias del Estado mexicano que imagina como de mera propaganda:
“Ya nosotros no necesitamos una agencia de noticias en el gobierno. Eso era de la época de los boletines y de la prensa oficial y oficiosa, ya no hay eso; además, también desde que entramos hay un conflicto laboral, pero no es algo que nos haga falta como gobierno. Tenemos la mañanera…”.
—¿Confirma entonces que se extinguirá Notimex, Presidente?
—Sí.
Deplorable concepción del derecho a la información y de una degradada agencia estatal de noticias.
Lo cierto es que gracias al INAI puede obtenerse información de cualquier autoridad, órganos autónomos, partidos políticos, fideicomisos, fondos públicos y sindicales, y que promedian (SPIN) ¡94! las mentiras en cada mañanera…