La probabilidad de que alguno de los candidatos presidenciales copiara “la cándida fórmula” del obispo de Chilpancingo pactando una pax narca con delincuentes a que aludí aquí ayer fracasó como ironía. Andrés Manuel López Obrador dijo ya: “Qué bien que él se atrevió y se esté exhortando para que no haya violencia; que no le quiten … Continued
La probabilidad de que alguno de los candidatos presidenciales copiara “la cándida fórmula” del obispo de Chilpancingo pactando una pax narca con delincuentes a que aludí aquí ayer fracasó como ironía.
Andrés Manuel López Obrador dijo ya:
“Qué bien que él se atrevió y se esté exhortando para que no haya violencia; que no le quiten la vida a nadie, ni a candidatos ni a los ciudadanos; que no haya sufrimientos para nuestro pueblo; eso lo tenemos que hacer todos, buscar la reconciliación, la paz, la tranquilidad. Yo veo con buenos ojos que tanto pastores como sacerdotes y obispos de la Iglesia católica busquen también la reconciliación, el diálogo para que se garantice la paz y la tranquilidad en México”.
Muy distinto a lo que Margarita Zavala opinó:
“Entiendo que un obispo, ante la ausencia cobarde del Estado, recurra al diálogo con criminales, pero eso no justifica los llamados a la impunidad. No a una amnistía a criminales. Sí a la paz con ley y justicia…”.
Pues “arreglado” el problema con un puñado de bandas de Guerrero, solo falta convencer a… las más de cien que faltan.
