Por Azucena Uresti, el viernes me enteré de que el EZLN quiere lanzar en 2018 una candidatura indígena a la Presidencia de la República. Es pertinente, no solo por lo que implica en la centenaria lucha de las comunidades originarias para que se respeten sus derechos y cultura, sino porque entraña un compromiso abierto con … Continued
Por Azucena Uresti, el viernes me enteré de que el EZLN quiere lanzar en 2018 una candidatura indígena a la Presidencia de la República.
Es pertinente, no solo por lo que implica en la centenaria lucha de las comunidades originarias para que se respeten sus derechos y cultura, sino porque entraña un compromiso abierto con la constitucionalidad, las instituciones y la democracia.
Desde que surgió a la escena pública, el zapatismo chiapaneco pintó su raya con los partidos y en poco tiempo tuvo que llevar a internet la fracasada estrategia de las armas.
Por esto mismo no deja de sorprender y decepcionar que Andrés Manuel López Obrador descalifique lo anunciado con un tuit escalofriante:
El EZLN en 2006: era “el huevo de la serpiente”. Luego, muy “radicales” (sic) han (sic) llamado a no votar y ahora postularán candidata independiente.
La Jornada de ayer publicó que, según AMLO, se trata de “una maniobra para hacerle el juego al gobierno con el fin de que no haya una transformación y cambio de régimen…”.
Una vez más queda claro: la pluralidad no va con el dueño de Morena.