Elecciones 2024
Elecciones 2024

Nadie tiene otros datos: con tres candidatos en la boleta presidencial del 2024, el partido o la coalición triunfante tendrá menos de 50% de los votos y no podrá alcanzar una mayoría absoluta en el Congreso de la Unión. La ruta electoral para este año, con Movimiento Ciudadano fuera de un frente amplio opositor a Morena, es un presagio ominoso.

El ciclo político apunta a una nueva hegemonía partidista. El caudillismo lopezobradorista —deberán reconocer los historiadores— comenzó hace 30 años. Desde entonces y hasta el 2018 hubo un escenario de gobiernos divididos que se materializó en el Pacto por México. El PRI-AN —en la narrativa de la Cuarta Transformación— cerró el paso a los gobiernos de izquierda y ahora, con la adición del PRD, busca echarlos de Palacio Nacional con una propuesta de reconciliación nacional.

El líder tabasqueño dejó la dirigencia nacional del sol azteca después de implementar una exitosa estrategia electoral que —con expriistas— le dio las gubernaturas de Tlaxcala, Baja California Sur, Zacatecas y Michoacán, además de la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal.

En 1999, la cúpula panista ya había sido cooptada por el foxismo. Entonces, el objetivo estratégico era sacar al PRI de Los Pinos y la izquierda llevaba a Cuauhtémoc Cárdenas a su tercera candidatura presidencial. Con el modelo de las alianzas opositoras en Argentina y Uruguay, además de la experiencia del Grupo San Ángel de 1994, académicos, empresarios e intelectuales llamaron a las dirigencias partidistas a construir un frente amplio para enfrentar al aparato gubernamental.

Ni Cárdenas ni Fox estaban dispuestos a declinar. Desde entonces, las encuestas son el instrumento para definir a los protagonistas de las contiendas electorales. Y cuando las las cúpulas partidistas no alcanzan acuerdos sustanciales, ocurren negociaciones tras bambalinas para generar nuevas mayorías.

El exgobernador de Guanajuato ganó el 2 de julio con 45% de la votación y tres meses después, en la conformación de su gabinete, intentó sumar a figuras perredistas, entre ellas Amalia García, entonces presidenta del PRD, y la exjefa de Gobierno, Rosario Robles. Pero no ofreció un co-gobierno ni apostó por construir una agenda legislativa común. La propuesta no caminó.

Seis años después, el panista Felipe Calderón Hinojosa ganó la Presidencia con apenas 36% y —ahora se sabe, gracias a Manlio Fabio Beltrones—quiso apuntalar su llegada al poder con un ofrecimiento de inclusión al PRI.

En tres décadas, tres intentos de construir mayorías que apuntalen la gobernabilidad y garanticen la continuidad institucional. Pero la reforma al Artículo 89 constitucional para materializar las alianzas electorales cumplirá casi una década atorada. Y los mismos actores políticos ahora llaman a edificar la gran alianza que derrote a la 4T.

Efectos secundarios

¿FULLERÍAS? Una lógica bucólica dieron verosimilitud al reclamo de Edgar Ulises Báez Gutiérrez, el otro protagonista del escándalo de la tesis copiada por alumnos de la carrera de Derecho en la UNAM, en 1986, que también involucra a Yasmín Esquivel Mossa. Verosimilitud no puede ser sinónimo de credibilidad y si bien la autoridad ministerial de la CDMX investiga el presunto plagio —por caducidad—, la UNAM ha emplazado a la ministra para presentar pruebas de descargo. Ya se conocen algunas imágenes que mostraron las falacias de Báez Gutiérrez. Pronto se conocerán audios y videos de su confesión que apuntarían a un montaje periodístico que —según sostienen en el entorno de la ministra— buscó descarrilar su postulación a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a finales del año pasado.