Es Claudia… o es Marcelo. ¿El cambio o la continuidad? “¿Queremos el futuro o queremos quedarnos donde estamos?”, redefinió el extitular de la SRE ayer, al mediodía, luego de exigir el cese inmediato del acarreo y la guerra sucia
I. Las denuncias periodísticas contra el acarreo y las casas encuestadoras presuntamente al servicio de Claudia Sheinbaum antecedieron a las admoniciones formuladas por Marcelo Ebrard que más que ultimátum, suenan a ruptura.
Hace tres meses, el excanciller comenzó a recorrer el país y simultáneamente, armó una estructura nacional que le permitió tener una radiografía —a nivel seccional— de la contienda por la candidatura presidencial.
La información recopilada por sus promotores, reportada en tiempo real, es susceptible de verificación, por el método de levantamiento y condensación. Y sirvió para ratificar las tendencias reportadas por las casas encuestadoras: Claudia Sheinbaum era la primera opción de los militantes y simpatizantes de Morena, pero a población abierta, Ebrard Casaubón y la exjefa de Gobierno estaban empatados.
Es Claudia… o es Marcelo. ¿El cambio o la continuidad? “¿Queremos el futuro o queremos quedarnos donde estamos?”, redefinió el extitular de la SRE ayer, al mediodía, luego de exigir el cese inmediato del acarreo y la guerra sucia.
“Están usando masivamente a la Secretaría del Bienestar en todo el país, están utilizando a las brigadas para decirle a la gente que el presidente quiere que sea Claudia (la candidata), están haciendo un acarreo monumental… lo tengo que decir”, denunció.
Para evitar un desastre, Ebrard Casaubón pidió a la dirigencia partidista frenar inmediatamente los abusos y la guerra sucia, para permitir que la gente se exprese con libertad. “Hagamos una encuesta libre y justa, como firmamos”, insistió, “seamos leales al pueblo”.
De la denuncia contra las encuestadoras patito al ultimátum, para acabar con el fuego amigo, el excanciller ha tomado una ruta sin retorno.
II. Los intervalos no se traslaparon. Y por eso, Enrique de la Madrid nada pudo alegar a su favor, cuando conoció los resultados “ponderados” de las encuestas de diagnóstico aplicadas por el Comité Organizador del Frente Amplio por México.
Entre el viernes 11 y el lunes 14 de agosto se aplicaron 3,000 cuestionarios en vivienda y otros 3,000 vía telefónica. Tras de superar el requisito de 150,000 “simpatías” recabadas en por lo menos 17 entidades federativas, Santiago Creel, Enrique de la Madrid, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes se ganaron un lugar en la medición. ¿La pregunta? No se conoce. Tampoco, la identidad de las firmas demoscópicas contratadas.
Ambas mediciones no tuvieron discrepancia en la identificación de las punteras. Xóchitl y Beatriz. En vivienda, la encuesta registró un virtual empate entre las senadoras Paredes Rangel y Gálvez Ruiz (32-29) pero una brecha significativa —de tres a uno— en el registro telefónico de ambas.
El valor de cada una de esas encuestas (70% la encuesta en vivienda, 30% la telefónica) es proporcional a su grado de precisión. Pero quien propuso que fueran esas mediciones no se preocupó por su costo, sino por el efecto que tendría —como lo tuvo— contar con cifras “contundentes”, favorables a Xóchitl.
Así fue como el promedio arrojó a los tres finalistas del proceso interno del Frente Amplio. De la evaluación de su desempeño, otra encuesta sobre su rentabilidad electoral y la participación de los simpatizantes en 600 centros de votación dependerá la decisión final.
“No es una contienda entre mujeres”, advirtieron simpatizantes de Santiago Creel, consultados sobre el detalle de las encuestas. Y es que en la encuesta telefónica, el expresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados superó a la senadora priista (18-17), mientras que Xóchitl registró una preeminencia categórica (51%).
“Si la señora X ganara, apoyaremos con todo”, promete un alto dirigente del PRI, “pero ahora mismo, con Beatriz tenemos una gran oportunidad de obtener la nominación. Y en el PAN lo saben”.