En el Legislativo, Adán Augusto consiguió el respaldo suficiente para sacar adelante una reforma prioritaria para la Cuarta Transformación
Al cierre de su primer año en el Palacio de Covián, Adán Augusto López Hernández empezó un periodo de hiperactividad que se ha extendido —sin interrupciones— siete semanas.
A gusto y de gira. La logística desplegada por su jefe de oficina, José Antonio De la Vega Asmitia, apenas fue visible cuando el secretario de Gobernación acudió a la sede de la SICT para comunicar —pasado el 7 de septiembre— a los mandos superiores de esa dependencia que Jorge Nuño Lara temporalmente asumiría el despacho, por ausencia de Jorge Arganis Díaz Leal. Entre personal de apoyo, camarógrafos y asesores, se dio acceso a 17 personas.
Fuera de la CDMX, ese equipo se reduce a la mitad. Las versiones estenográficas y las imágenes de los diálogos que López Hernández inició con legisladores locales en Baja California, Chiapas, Tabasco y Tlaxcala han subido casi de inmediato a los sitios oficiales de la dependencia y también a las redes sociales.
Salvo en el diálogo con los congresistas capitalinos, en el que también participaron Martí Batres, como moderador, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el secretario de Gobernación ha podido exponer los resultados de la estrategia de seguridad nacional ante alcaldes, empresarios, líderes académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil.
Dada la naturaleza de su encargo, Rosa Icela Rodríguez tendría que haber realizado ese cabildeo. Pero Adán Augusto abrazó la defensa de la participación de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública… y cumplir con una gira nacional para reunirse con los gobernadores y atender las inquietudes de los líderes sociales, además de dialogar con los parlamentarios.
La retórica beligerante del secretario de Gobernación atrajo la atención mediática al inicio de esta gira que ha ganado las primeras planas en las entidades que ha visitado —todas gobernadas por Morena, por cierto— pero también en Chihuahua, Guanajuato, Nuevo León y Jalisco.
En el Legislativo, Adán Augusto consiguió el respaldo suficiente para sacar adelante una reforma prioritaria para la Cuarta Transformación. En el último tramo del proceso, ha exhibido a los mandatarios de oposición que regatearon sus votos. ¿Rudeza innecesaria o una estrategia de posicionamiento en desarrollo?
“Me traen de bajada”, resumió ayer en Tlaxcala, donde estuvo acompañado por el subsecretario César Yáñez-Centeno Cabrera. Pero López Hernández no detendrá su primera gira nacional, aunque la minuta aprobada por el Senado requiere 17 validaciones de Congresos locales para adquirir definitividad, lo que se estima ocurra a finales de la próxima semana.
En ciernes, la reforma electoral “híbrida” en la Cámara de Diputados. El secretario de Gobernación no quiere construir puentes ni lograr consensos. Tampoco necesitará una oficina en San Lázaro. El cabildeo con los líderes priistas ha quedado a cargo de Nacho Mier, quien la próxima semana deberá tener listo un anteproyecto de dictamen.
Efectos secundarios
RESPALDOS. Ante la notable disminución de la incidencia delictiva en Quintana Roo y el reciente cambio de poderes, los empresarios de aquella entidad abiertamente se han declarado a favor de la continuidad de la estrategia para combatir la inseguridad. Si bien la gobernadora morenista Mara Lezama tuvo que hacer un ajuste en el mando policiaco, a una semana de iniciada su administración, debe ahora coordinar esfuerzos con el fiscal general, Óscar Montes de Oca, quien fue designado por el Congreso local el 12 de diciembre de 2018, por nueve años, y desde que asumió el cargo ofreció hacer la entidad una de las más seguras del país.
