La mayoría de los clientes del NMP no son sujetos de los préstamos personales de la financiera, pero sí son susceptibles de un préstamo prendario
El reciente cierre de 18 sucursales del Nacional Monte de Piedad obligó a un ajuste en la plantilla laboral. Casi medio millar de empleados, de los cuales 300 son sindicalizados. Y de éstos, casi todos veladores que ganaban 10,000 pesos mensuales.
Obligados a presentar su “renuncia voluntaria” por la directiva del organismo, no pudieron reclamar una indemnización. El Sindicato Nacional de Empleados y Trabajadores del Nacional Monte de Piedad emprendió acciones para defenderlos, pero los recortes también tuvieron impacto en la organización gremial: 20 de los 52 secretarios seccionales también fueron cesados; la representación sindical asumió que fue una represalia, por haber legitimado el contrato Colectivo de Trabajo, con el respaldo del 90% de sus agremiados.
La centenaria institución —fundada hace 236 años— el NMP ha reducido su acceso a los préstamos prendarios (ya sólo tiene 300 sucursales en operación) pero insiste en ampliar sus servicios financieros.
Tal reconversión, empero, estaría en riesgo ante la crisis financiera que —en un escenario extremo— podría derivar en una suspensión definitiva de operaciones, dentro de dos años. La directiva ha sustentado esa postura basada en peritajes que avizoran una quiebra técnica si no se reducen los gastos operativos y de administración.
La representación sindical insiste en una revisión exhaustiva de los estados financieros presentados ante la autoridad fiscal. El NMP, al cierre del 2021, reportó activos por 33,796 millones pesos y pasivos por 7,443 millones de pesos, casi 1,000 millones menos del ejercicio fiscal del año anterior.
La directiva sostiene que el Contrato Colectivo del Trabajo absorbe dos terceras partes del gasto corriente del Monte de Piedad. El sindicato aclaró —basado en los estados financieros— que 1,390 millones de pesos corresponden a gastos de administración y otros 5,900 millones de pesos gastos, para operación, de los cuales 1,862 millones de pesos corresponden a pago de salarios de trabajadores de confianza y sindicalizados, de estos últimos también ya se incluye los jubilados.
En resumen: el Contrato Colectivo de Trabajo requiere poco más de 700 millones de pesos, apenas 11% del gasto de operación en el NMP. La disparidad entre los salarios que perciben los trabajadores sindicalizados y los de confianza —algunos directivos ganan medio millón de pesos mensuales— están detrás del conflicto entre las partes.
Y también, un giro radical en las actividades de la centenaria IAP. Hace cinco años, el Nacional Monte de Piedad adquirió una Sociedad Financiera Popular (sofipo) llamada La Paz, misma que para finales de ese año adquirió el nombre de la institución. El fin del Monte de Piedad cambió debido a que las sofipos son sociedades con fines de lucro que tienen por objeto promover la captación de recursos, así como colocarlos mediante préstamos o créditos al público en general, éstas son reguladas por en el Padrón de Entidades Supervisadas por la CNBV y en el Sistema de Registro de Prestadores Financieros de la Condusef.
Hoy en día, su sofipo se llama Financiera Monte de Piedad y otorga préstamos personales de hasta 50,000 pesos con una tasa de interés de 30 a 80%, fija anual y sin IVA.
La mayoría de los clientes del NMP no son sujetos de los préstamos personales de la financiera, pero sí son susceptibles de un préstamo prendario.