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Sirva el título de mi columna como epígrafe de la misma. La frase son dos versos del poema “El dos de mayo”, una oda patriótica escrita por el poeta andaluz Bernardo López García (Jaen 1838-Madrid 1870), publicado en 1866. El poema está dedicado a la valiente lucha del pueblo español, sucedida en la fecha que da título a la composición en el año de 1808, contra la imposición de la corona española para José Bonaparte, hermano del emperador francés Napoleón.

La oda, que al decir de conocedores como Carlos Fernández y López Valdemoro, al que en México conocimos como Pepe Alameda, artísticamente es de poca estatura literaria; es poesía popular honda y profunda —como diría el antagonista taurino de Alameda—, Francisco Rubiales Calvo, al que conocimos como Paco Malgesto.

Los versos vinieron a mi memoria cuando leí los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) que nos hacen saber que durante el sexenio de Felipe Calderón hubo un total de 120 mil 935 homicidios dolosos y que en el sexenio actual, el de Enrique Peña Nieto ya se acumulan 114 mil 061 asesinatos. Los datos son hasta el mes de octubre del 2017.

Las cifras anteriores, suman 234 mil 996 difuntos, e indican que a 13 meses de concluir su fallido periodo de gobierno el mexiquense ya está a sólo 6 mil 874 cadáveres para alcanzar el número de homicidios que generó la guerra contra el narcotráfico  del michoacano. Esto para ponerlo de manera porcentual significa que hasta octubre del año pasado el ejercicio peñista ya acumuló el 94.31 por ciento de los homicidios que hubo durante el calderonato. O dicho de otra forma, mientras que con don Felipe tuvimos  mil 680 mexicanos que, mensualmente, fueron transportados al otro mundo de manera violenta; con don Enrique han colgado los tenis, cada mes, mil 967 connacionales a consecuencia de agresiones, matazones y levantones. Además entre los dos períodos de gobierno (2006-2017) el número de desaparecidos es de aproximadamente 30 mil personas.

Para seguir con las pavorosas cifras ya tenemos 25 muertos por cada cien mil habitantes. Ya superamos a Colombia que tiene 24 y pronto alcanzaremos a Brasil que encabeza la tabla mortuoria con 29 muertos por cada cien mil habitantes. Esta ‘optimista’ afirmación me atrevo a revelarla porque le tengo confianza a nuestro Neymar del crimen: El “Mencho”.

De continuar el incremento de muertos en condiciones de vergonzosa atrocidad, el de Peña Nieto será el gobierno con el mayor número de muertos en condiciones salvajes desde la Revolución Mexicana.

Los números aquí expuestos son para ponerle la carne de gallina al señor Alfonso Durazo, próximo secretario de Seguridad Pública. (Yo insisto: ¿No se confundiría AMLO y creyó que este Durazo se llama Arturo?).

En otro orden de pendejadas, pido perdón a los lectores por una tremenda errata que tuve en mi columna del pasado martes, escribí: “para la construcción del ansiado muro Trump solicitó 25 millones de dólares”. Me equivoqué rotundamente. Solicitó 25 mil millones de dólares. Este tipo de erratas no me las perdono. Me dan para abajo. Por eso hoy amanecí agüitado. Para sacarme la espina les comparto un WhatsApp que llegó a mi red, tiene un leve tufillo misógino, pero lo curioso es que me lo envió una mujer. Ahí les va:

WhatsApp

Abrieron un negocio donde las mujeres pueden elegir y adquirir un hombre a su gusto. Una clienta potencial, acude a él con la intención de adquirir una pareja. Se entera de las condiciones en las que funciona el negocio. El establecimiento puede visitarse una sola vez. Hay seis pisos y las características del hombre varían positivamente conforme se asciende de piso. Algo importante: No se puede regresar al piso inferior.

La mujer sube al primer piso: “Aquí están hombres muy trabajadores”. Ella decide subir al segundo: “Los hombres que están aquí, además de trabajadores aman a los niños”. No contenta, sube al tercer piso: “Los hombres de este piso son trabajadores, aman a los niños y son guapos”. La señora, curiosa, sube al siguiente nivel. “Los hombres del cuarto piso, son trabajadores, ama a los niños, son guapos y ayudan en las tareas del hogar”. No contenta con la oferta sube al quinto piso: “Los hombres que aquí se encuentran son trabajadores, aman a los niños, son guapos, ayudan en las labores del hogar y son muy románticos”. ¡Guau!- exclama la mujer que, no contenta con esto, sube al sexto piso: “Usted es la visitante 9,586,347 en visitar el sexto piso. Aquí no hay hombres; el piso existe sólo para comprobar que ustedes nunca están conformes con nada”. Gracias por la visita.

Enfrente del negocio de hombres pusieron uno de mujeres con las mismas condiciones de operación. Es decir consta de seis pisos y las características de la mujer mejoran a medida que se sube de piso. No se puede regresar al piso inferior.

Un hombre inicia el recorrido. Primer piso: “Las mujeres del primer piso no acostumbran estar chingue y chingue”.

Hasta la fecha no se conoce ningún hombre que haya subido al segundo piso.