Elecciones 2024
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Dos cosas son seguras: 1.- que el régimen que nos gobierna hoy llegó para quedarse al menos 18 años; 2.- que marcará muchas generaciones en el odio entre unos y otros, y en la diferencia de encarar la vida: unos a la espera de recibir todo, otros en la ambición de lograr todo por sí mismos.

En apenas seis meses, toda la vida pública se puso a girar alrededor de una sola persona, gran dadora de todas las cosas, como sucedió antier, cuando la noticia oficial fue que, gracias al presidente, el IMER pudo recibir dinero para no tener que echar a dos centenares de personas.

Por la mañana, el mandatario aseguró desconocer de los recientes despidos en el IMER, donde decenas de personas habían perdido su empleo y otras lo perderían. Ah, pero por la tarde, ya él mismo había conseguido 19.3 millones de pesos para que todo se resolviera.

La propia directora del IMER le agradeció al presidente por su apoyo, cuando en realidad esos 19.3 millones habían sido aprobados por la Cámara de Diputados en el presupuesto de 2019. Sólo que estaban retenidos por la decisión de gobierno… hasta que intervino el presidente.

Semanas antes, el gobernante también dijo en la mañana no estar al tanto de que los hospitales de alta especialidad en el país no habían recibido los dos mil 464 millones de pesos que les aseguraba el presupuesto de 2019. Pero, en la tarde, ordenó que los fondos fuesen liberados.

De hecho, los 20 mil “Servidores de la Nación” que obtienen los datos personales de muchos ciudadanos hasta completar la cantidad de 51.5 millones, llegan casa por casa con la advertencia de que “Venimos de parte del presidente”.

Así, el 41.7 por ciento de los 123.5 millones de mexicanos (agrupados en 11 programas) se beneficiarán de un total de 317 mil millones de pesos de Presupuesto 2019 “de parte del presidente”: ¡Casi 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto!

Y, hoy el Senado aprueba una ley para que sea el presidente quien “disponga de forma anticipada” de los bienes inmuebles y dinero en cuentas bancarias y efectivo incautados a todo aquel que se le acuse de corrupción, encubrimiento, extorsión, huachicoleo o crimen organizado.

La Ley Nacional de Extinción de Dominio otorga el poder del reparto de esos recursos al jefe del Ejecutivo, como cabeza del “Gabinete social”, sin que medie sentencia de un juez. Al presidente le bastará la acusación del MP para decidir. ¿El juez? No, el juez no importa.

¿Qué mexicano, que reciba mucho o poco, no deberá agradecer al presidente? Por lo pronto el 41.7 por ciento de los programas sociales.

Sin contar a los de los hospitales, el IMER…