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Veracruz vio partir a Porfirio Díaz al exilio
General Díaz. Foto de INEHRM

El puerto de Veracruz fue el lugar de México que vio partir al general Porfirio Díaz al exilio en Europa.

Con 80 años de edad, problemas de sordera y en las encías, el que fuera presidente de México abordó el 31 de mayo de 1911 el buque Ypiranga, en compañía de su esposa y en medio de 21 cañonazos y el Himno Nacional de fondo.

Durante los cinco días previos recibió a ciudadanos, políticos locales y periodistas solidarios a la causa que encabezó durante 30 años.

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Carta de la compañía naviera Hamburg Amerika Linie Ypiranga a Porfirio Díaz. Foto de Biblioteca Francisco Javier Clavijero

La compañía naviera Hamburg Amerika Linie Ypiranga lo recibió con bombo y platillo, pues en una carta enviada previamente le señaló que le ofrecían de manera gratuita una ‘acomodación’ en el Departamento de los Señores Capitán y Segundo Oficial con sus respectivas dependencias.

“Será altamente honroso que usted se digne a aceptar la oferta que por conducto de nosotros se permite hacerle”, indicó la invitación.

Durante el viaje a París, Francia, Porfirio Díaz degustó un exquisito banquete de despedida consistente en caviar en helado, sopa de cola de buey inglesa, caldo a la Orleans, filete de hipogloso a la Orly, filete de buey a la jardinera, espárragos con mantequilla derretida, helado de queso, frutas y café.

El exilio del general ocurrió seis días después de que presentara ante la Cámara de Diputados su renuncia como presidente bajo la intención de “evitar mayor derramamiento de sangre” en la Revolución Mexicana iniciada en su contra.

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Porfirio Díaz tras abordar el buque Ypiranga. Foto de INEHRM

Díaz vivió en París hasta 1915. El 29 de junio recibió la extremaunción y la tarde del 2 de julio murió. Se esperaba que su cuerpo fuera repatriado a México, pero luego de una insistente negativa, en 1921 sus restos fueron trasladados al cementerio de Montparnasse.

En su calidad de presidente, Álvaro Obregón intentó repatriar sin éxito los restos de Porfirio Díaz. Muchos años después, en 1994, el empresario Emilio Azcárraga Milmo propuso al presidente Ernesto Zedillo interceder para la repatriación y hacer del hecho todo un suceso televisivo, aunque el mandatario no le respondió.

Hasta la actualidad, se espera que algún día los restos del general descansen en la Basílica de la Soledad de Oaxaca, estado donde nació Díaz.

Con información de El País y Milenio