Trabajadores de Santa Fe pasan hasta 26 días al año en tráfico

Santa Fe, uno de los centros de negocio más importantes de la Ciudad de México, y uno de los emblemas de la modernidad en nuestro país, es también una de las zonas más conflictivas en cuestión de movilidad urbana.

Datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda estiman que en esta zona hay siete mil viviendas habitadas, y arroja una población de 35 mil habitantes fijos, todos ellos moviéndose diariamente por la zona. Sin embargo, a esta población hay que añadirle 78 mil empleos permanentes y 40 mil temporales, así como 15 mil estudiantes de educación superior y 100 mil visitantes cada día, lo que resulta un flotante promedio de 233 mil personas cada día, lo que señala que esta región no solo es un gran generador de viajes por los habitantes, sino también una zona que atrae viajes que provienen de otras partes de la ciudad y del Estado de México.

En su más reciente estudio, titulado “Estudio de Movilidad de la Zona Santa Fe en la Ciudad de México” la firma CTS Embarq México elaboró un profundo análisis que advierte sobre la gran presión que sufre la zona de Santa Fe en cuestión de movilidad, y los desafíos enormes que enfrenta una zona que, pese a la gran cantidad de personas que tienen que viajar a la zona, está desconectada del transporte masivo de la Ciudad de México, como el Metro y Metrobús. Esta desconexión provoca que el usuario tenga que utilizar una gran cantidad de transbordos y genera además altos costos que emplean el transporte público.

Este problema genera problemas adyacentes, ya que al no contar con transporte de calidad para desplazarse a la zona, “es entendible se incremente el atractivo a usar el automóvil para llegar a Santa Fe”, indica el estudio.

Pero la preferencia por el uso del automóvil provoca mayores niveles de congestión, contaminación y accidentalidad que no solo pagan los usuarios, sino también las empresas y habitantes residentes en la zona.

El estudio contempló los cinco más importantes puntos de acceso a la zona, y luego hizo una introspección de campo para determinar cuáles son los tipos de flujo que toman la población tanto fija como flotante, así como los vehículos que se emplean, y, por último, el análisis en las horas de mayor demanda (de 6:00 a 10:00 h y de 16:00 a 20:00 h), para así entender la problemática de la movilidad.

Así, se llegó al análisis de que diariamente se realizan 850 mil viajes, de los cuales, 64 por ciento se asocian a la actividad de los corporativos.

El reporte indica que la mayoría de los viajes relacionados al trabajo se realizan en transporte público, pues representan el 46 por ciento del total, seguido por el autómovil, con 41 por ciento, el transporte empresarial con 8 por ciento, y los taxis con el  6 por ciento.

Sin embargo, a pesar de que notoriamente se realizan más viajes en transporte público, los usuarios de automóviles particulares son responsables del 87 por ciento de los vehículos que circulan la zona. La consultora señala que ocurre por dos factores: porque un solo autobús puede llevar entre 40 y 90 pasajeros, mientras los autos estiman una ocupación de 1.2 pasajeros en promedio.

Sin embargo, el punto más relevante del estudio es el que refiere a la condición del tráfico actual con relación al tiempo destinado en transportarse hacia esa zona.

El estudio indica que la condición del tráfico actual en Santa Fe conlleva a un tiempo de viaje variable y elevado en las horas pico, a un punto tal, que una persona que trabaja en esta zona de corporativos, puede pasar hasta 26 días al año atorado en el tráfico tan solo por sus traslados laborales.

No obstante, la escasa conectividad de la zona con los sistemas masivos de la ciudad, generan que los usuarios de transporte público usen medios de transporte complementarios, lo que implica menor confort en su trayecto y un aumento considerable del costo por transportes.

Pero el costo no solo es en tiempo. La movilidad en Santa Fe también impacta de manera importante las finanzas de aquellos que viajan a la zona. El gasto anual de un empleado que viaja en transporte público asciende a 13 mil 300 pesos al año, mientras el de un usuario de automóvil a 25 mil pesos.

Esto representa, según las estimaciones del estudio, que estos costos significan entre el tres y siete por ciento de los empleados con ingreso medio-alto, y entre el 17 y 20 por ciento para aquellos de menor ingreso.

El estudio concluye que, con estos datos, la movilidad en Santa Fe reduce la atractividad de la zona como centro de negocios, afectando la calidad de vida de los empleados que se trasladan ahí diariamente, y además generando un impacto negativo en el medio ambiente.

Por último, la consultora hace la invitación a “Red Óptimo”, una alianza de empresas de la Ciudad de México para trabajar “por una movilidad más sustentable en las ciudades mexicanas”.

CTS EMBARQ México es el programa perteneciente al World Resources Institute en Transporte Sustentable y Desarrollo Urbano, que opera a través de una red global, con presencia en Brasil, China, India, México y Turquía.

Redacción