Cientos de cirugías plásticas se llevaron a cabo en la mesa de una cocina usando unas tijeras para cocina y anestesiándolos con éxtasis
Kastia Margarita Valdez Almonte, de 43 años de edad, recibió el apodo “la carnicera”, después de dejar a sus víctimas afectadas y desfiguradas irreversiblemente tras pasar por las tijeras y los precios bajos de la cirugía clandestina.
La mujer de origen dominicano usaba la cédula profesional de una médica cirujana de Morelos, que tiene su mismo nombre y apellido (Margarita Valdez Taboada) para realizar implantes mamarios, liposucciones, rinoplastías (cirugías de nariz), lipectomías (de abdomen) y blefaroplastías (rejuvenecimiento de párpados), a un costo muy bajo.
Lo que estaba haciendo esta mujer, era ilegal, además de utilizar documentos falsos.
Estableció sus prácticas en una clínica de belleza en San Francisco del Rincón, Guanajuato, donde con el permiso de la propietaria Celia Cervantes, quien al ver las terribles cosas que le hizo a sus pacientes, le pidió que se fuera.
“La presencia de esa charlatana en mi negocio destruyó el buen nombre de mi negocio”, admitió Celia.
Tras llevar a cabo supuestas operaciones estéticas en San Francisco del Rincón, se mudó a León, donde siguió con sus servicios en un espacio acondicionado como consultorio dentro de su casa en la calle José María Alfaro 418, de la colonia Hidalgo del Valle.
Una víctima la acusó por inyectar su cara con silicón industrial en lugar de Botox al realizar un supuesto lifting que la dejó como “un monstruo”, por lo que se negó a salir de casa desde entonces. Aseguró que sus músculos faciales se entumecieron y le resultaba muy doloroso comer, beber e incluso sonreír.
Otra de sus víctimas gastó 750 euros en una operación de implante de senos, pero Kastia perforó su pulmón izquierdo, además de quedar con un nervio dañado en su brazo izquierdo. Asimismo, descubrió que el silicón había sido extraído seis horas antes de otra paciente. La cirugía duró cinco horas y ella estuvo despierta todo el tiempo.
Además de dudar que la mujer sea doctora o enfermera, al provenir de otro país, no puede trabajar en México si no está registrada en los organismos de cirujanos, asegura el doctor Carlos Molina, además de explicar que está prohibido realizar cirugías en casa, spas, estéticas o cualquier otro lugar que no sea un hospital.
Con información de Daily Mail y AM