María Meléndez, reportera gráfica de La jornada, fue agredida el pasado domingo 3 de julio, por policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad
María Meléndez, reportera gráfica de La jornada, fue agredida el pasado domingo 3 de julio, por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México cuando fotografiaba un operativo policiaco frente al número 5 de la calle Monte de Piedad, en el Centro Histórico.
Los hechos ocurrieron poco antes del mediodía, cuando un grupo de reporteros gráficos esperaba cubrir la misa en la Catedral Metropolitana. Sin embargo, alrededor de las 11:30 h observaron que, frente a una plaza comercial, un numeroso grupo de policías detenía a varias personas que al parecer estaban en el lugar “de manera irregular”.
Fue en ese momento que los fotógrafos de varios medios se acercaron a tomar placas de lo que ocurría, cuando los uniformados trataron de impedir su labor. De acuerdo con la fotógrafa María Meléndez, fue agredida por los policías para que se retirara.
“Me jalaban y empujaban entre varios policías para que no tomara fotos, a pesar de que me identifiqué como periodista de La Jornada. Uno llamó a las mujeres policías, quienes también me jalonearon mientras me amenazaban con que me llevarían detenida. Yo les dije que sí, que fuéramos para ver de qué me iban a acusar, porque yo estaba haciendo mi trabajo”, denunció la fotógrafa y abundó, “Un uniformado sin gorra dijo a las policías: ‘ya saquen a esta pinche vieja de aquí, punto’, y entonces me jalaron aún más”.
En ese momento, las personas que estaban detenidas, que al parecer pretendían robar un centro joyero de la plaza, fueron subidas a una camioneta y los policías retiraron del lugar; por su parte, la fotógrafa fue liberada.
Por estos hechos se abrió una carpeta de investigación, en la que el médico legista de la agencia del Ministerio Público CUH-4 certificó los moretones causados por los golpes recibidos en ambos brazos y canalizó a Meléndez al Hospital Rubén Leñero, donde se le diagnosticó un esguince cervical, por lo que usará un collarín por 10 días, además de requerir analgésicos y antinflamatorios.
Con información de La Jornada