
Óyeme, Andrés Manuel, óyeme. Necesitas ayuda, solo no podrás, aunque lo intentes, por favor óyeme Andrés Manuel
Oye, Andrés Manuel, el clamor de las familias que perdieron a sus seres queridos por la tragedia sucedida en la Línea 12 del Metro.
Oye, Andrés Manuel, a cientos de personas que enfermaron por creer en tI, cuando decías que el Covid no era peligroso y que saliéramos todos, nos abrazáramos y nos besáramos.
Oye, Andrés Manuel, a estas mujeres que se quedaron sin continuidad en su tratamiento contra el cáncer de mama, y que desesperadas te piden las voltees a ver.
Oye, Andrés Manuel, a los niños con cáncer que quieren sanar y que no encuentran el modo, que ven a sus padres desesperados buscando sus medicinas y ellos no pueden hacer nada más que mirarlos atónitos.
Oye, Andrés Manuel, a las madres de desaparecidos, a los padres de desaparecidos, a los hermanos de desaparecidos.
Oye, Andrés Manuel, a las mujeres que te piden les brindes más seguridad para transitar libre y seguramente en las calles de este país sin que un hombre las agreda, las violente y las mate.
Oye, Andrés Manuel, a aquel que no votó por ti, a este otro que no acudió a tus mítines, a aquel más que no te aplaude ni te adula todos los días.
Oye, Andrés Manuel, a los jóvenes que necesitan tener sueños y aspiraciones, y que al darles dinero nada más les cortas las alas y las ganas de superarse.
Oye, Andrés Manuel, a tu hijo.
Oye, Andrés Manuel, a tu esposa.
Oye, Andrés Manuel, a tus fantasmas, a tus miedos y a quienes te hirieron en el pasado, a tus ancestros, a tus recuerdos.
Óyeme, Andrés Manuel, óyeme. Necesitas ayuda, solo no podrás, aunque lo intentes, por favor óyeme Andrés Manuel. ¿O es que no oyes?
Por: Claudia Santillana Rivera
@panaclo