Miguel, quien vive en situación de calle, afirma que cuando los vagones de la Línea 12 del Metro cayeron escuchó los gritos de desesperación de las víctimas
“No le dese a nadie que lo vea” fueron las palabras de Miguel, un joven que vive en condición de calle y que presenció la caída de dos vagones de la Línea 12 del Metro sobre Avenida Tláhuac.
La noche del lunes, dice, estaba con unos amigos a punto de dormir cuando escucharon “como si tronara un fierro” y se cimbró la banqueta.
Miguel y sus amigos creyeron que se trataba de un sismo y de inmediato se alejaron de la columna del Viaducto Elevado del Metro contra la que descansaban, muy cerca de donde ocurrió la tragedia.
Se cimbró bien feo, tronó y se movió. Nosotros salimos corriendo cuando de repente nos caímos porque se vino el cimbradero grande y se vio cómo se vino el Metro hacia abajo en dos. Se hundió, una desesperación horrible”, dijo a Ruido en la Red.
Miguel, originario de Tabasco, vive en las calles de la Ciudad de México desde hace diez años y afirma que los vecinos de la Avenida Tláhuac están inconformes con la estructura del Viaducto Elevado del Metro “porque desde el inicio no estuvo nada bien”.
Cuenta que los cimientos de arena sobre los que se hicieron la construcción hacen que “se mueva todo” cuando hay sismos.
Advierte que un temblor grande “sí acaba con todo lo que hay aquí”.
Cuando los vagones del Metro iban cayendo, asegura, escuchó gritos de desesperación de la gente dentro, incluyendo niños.
Hay gente que a lo mejor no se despidió de su familia, y por una idiotez de nuestras autoridades que quieren llevarse un dinero a la bolsa compran materiales de mala calidad y ahí están las consecuencias”, lamentó.
El Gobierno de la Ciudad de México ha confirmado la muerte de más de 20 personas, tragedia por la cual el Gobierno Federal decretó tres días de luto nacional.
Con información de López-Dóriga Digital
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