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Libro retrata a García Luna como un James Bond que se lucró con guerra al narco
Foto de Notimex / Archivo

La guerra contra el narcotráfico, que desde 2006 ha dejado centenares de miles de muertos en México, se convirtió en un suculento negocio para un puñado de empresarios con la participación clave del entonces secretario de Seguridad, Genaro García Luna, revela la periodista Peniley Ramírez en un libro.

Se utilizó el discurso de esta apodada guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón – presidente entre 2006 y 2012 – como justificante para aumentar muchísimo el presupuesto de seguridad pública y posteriormente lograr un lucro personal”, contó este miércoles Ramírez en entrevista con Efe.

Los millonarios de la guerra: El expediente inédito de García Luna y sus socios“, editado por Grijalbo, rastrea el camino del dinero usado por el gobierno para combatir las drogas y que acabó enriqueciendo desde empresas armamentísticas hasta productoras televisivas.

Según su investigación, iniciada hace ocho años y que cuenta con cerca de tres mil folios de entrevistas y documentos inéditos, se extrajeron “más de 400 millones de dólares del presupuesto público mexicano” que se destinaron a la compra de propiedades, de aviones, de yates, de relojes de lujo y de restaurantes.

Un dinero que además quedó repartido entre varios lugares como Curazao, Belice, Estados Unidos, Reino Unido, Panamá y Taiwán.

García Luna, el hombre clave

La investigación de Ramírez apunta como hombre clave en el desvío de recursos destinados a la seguridad pública de México a Genaro García Luna, ministro en el gobierno de Felipe Calderón que actualmente se encuentra preso en Estados Unidos acusado de narcotráfico.

Como secretario de Seguridad, uno de los “grandes proyectos” de García Luna, quien había sido agente y director de la Agencia Federal de Investigación, fue crear un centro de operaciones de inteligencia, a través del cual compró a empresas israelíes equipos a sobreprecio que acabaron en manos privadas.

Los equipos estaban en una oficina privada de seguridad. Era como una suerte de oficina alterna a la Secretaría de Seguridad Pública que funcionaba paralela al gobierno”, explicó.

Además, Ramírez dibuja un perfil megalómano de García Luna, quien se creía el “superpolicía” de México y estaba tan “obsesionado con James Bond” que sus fiestas de cumpleaños seguían la temática del agente 007.

Empujado por sus filias, contrató mediante recursos públicos para la producción de una serie de televisión al estilo de la estadounidense “CSI“, pero protagonizada por la Policía Federal que él dirigía.

Testimonios entrevistados para el libro dijeron a Ramírez que dicha serie “fue un fracaso” porque el mismo García Luna “se obstinaba en revisar los guiones”.

“Cuando digo que hay ‘millonarios de la guerra’ quiero decir que hay una industria pseudobélica que va mucho más allá de los que venden armas, incluye incluso a los que hacen series de televisión para satisfacer la fantasía del personaje que se cree James Bond”, declaró la periodista.

Con información de EFE