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Las primeras calles de la Ciudad de México que tuvieron alumbrado público
Foto de internet

En diciembre de 1963, se colocaron por primera vez mosaicos de luces en el Zócalo para celebrar la temporada navideña

Es una tradición que durante la época navideña y en las Fiestas Patrias el Centro Histórico y algunas calles de la Ciudad de México luzcan iluminación especial.

Esa tradición inició prácticamente desde finales del siglo 19 con la llegada del alumbrado público eléctrico a la capital, el cual también impulsó la vida nocturna en la capital.

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Foto de Youtube

Los primeros intentos

En la Colonia, la Ciudad de México era muy oscura por las noches, y así se quedó hasta finales del siglo 18, cuando se hicieron los primeros intentos de instalar alumbrado público en las calles.

En 1779, el virrey Antonio María de Bucareli (en cuyo honor se bautizó la calle que actualmente se conoce por su apellido y que él mismo mandó a construir) instauró el servicio de alumbrado público en la Ciudad de México, el cual constaba de una serie de antorchas que funcionaban con aceite vegetal y grasa animal. Daban poca luz, pero ayudaban a iluminar un poco las oscuras calles de la capital de la Nueva España.

Ya en el México independiente, en 1850, el gobierno le dio la concesión a un comerciante de apellido Guzmán para que colocara en el Zócalo 50 lámparas que eran encendidas con aguarrás, algo que se extendió en los siguientes años a otras zonas de la ciudad. Ambos sistemas eran encendidos por faroleros que bajaban las lámparas, las llenaban de aceite o de aguarrás y las encendían para volverlas a colocar en algunos postes y paredes.

Pero un par de décadas después, un compañía inglesa instaló, en lo que hoy es la calle de Madero (en ese entonces eran las calles de San Francisco y Plateros, donde vivían algunas de las personas más acomodadas), un alumbrado público que funcionaba con gas, el cual requería de una instalación de tubos y que eran encendidas por alguien que recorría las calles con una flama.

Durante años, convivieron las tres técnicas de alumbrado público en la Ciudad de México; obviamente, la más antigua (la de aceite) era la que predominaba en las zonas más pobres pero que, eso sí, alcanzaban a darse el “lujo” de tener alumbrado público.

El lado malo es que todas estas tecnologías llegaban a México hasta con 50 años de retraso con respecto a varias ciudades europeas, como París o Londres.

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Foto de @historia_mexico

Fiestas Patrias y Navidad

Ya para finales del siglo 19, por ahí de 1880, se empezaron a hacer algunos ensayos para colocar alumbrado eléctrico en el Zócalo de la Ciudad de México, pero fue hasta la noche del 15 de septiembre del siguiente año, como parte de los festejos del aniversario de la Independencia, cuando se estrenó la primera parte de un escueto alumbrado público en lo que hoy es la calle de Madero y parte de la Plaza de la Constitución.

Ese fue el inicio de una tradición que fue evolucionando con los años y que se conserva hasta la fecha: decorar con luces el Zócalo y algunas calles del centro durante las Fiestas Patrias.

El alumbrado público eléctrico, que era instalado por una empresa inglesa, se inauguró de forma oficial en diciembre de 1881, el cual iba de la zona donde se encontraba entonces la escultura de “El Caballito” (en el cruce de Paseo de la Reforma y Bucareli) hasta el Zócalo, recorriendo la actual Avenida Juárez y la calle Madero.

Eso también fue el inicio de otra cosa que, con el tiempo, se volvería una tradición: iluminar el Zócalo con luces durante las época navideña. Ya en forma, los primeros mosaicos de luces que se colocaron en la ciudad para celebrar la Navidad se instalaron en diciembre de 1963 por parte del entonces Departamento del Distrito Federal.

Los primeros años del alumbrado eléctrico

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Foto de Internet

La luz eléctrica era una manera de mostrar que el progreso había llegado a México (al menos a la capital), aunque la instalación del alumbrado público tardó varios años en ser instalado en otras áreas de la ciudad.

Para finales del siglo 19, una empresa alemana empezó a brindar el servicio de alumbrado público y de electricidad doméstica, lo cual fue un verdadero lujo durante unas décadas más. A inicios del siglo 20, llegó una empresa candiense que finalmente se encargo de modernizar y aumentar la cobertura del alumbrado eléctrico público durante varios años más.

Nacimiento de la vida nocturna en las calles

Además de una imagen de progreso, el alumbrado público ayudó a que surgiera durante las primeras décadas del siglo 20 una muy activa vida nocturna en la Ciudad de México, ya que en muchas zonas de la capital, la gente prefería salir en la noche a la calle porque no contaba con electricidad al interior de su casa. Resultaba más atractivo el exterior porque estaba más iluminado por las noches, pues.

Además, durante gran parte del siglo 20, la iluminación exterior de la Ciudad de México fue relevante también para aspectos como la publicidad, donde marcas de cerveza, calcetines, zapatos o refrescos colocaron anuncios que llegaron a ser icónicos de esa época en la capital.

La vida nocturna fue decayendo hacia mediados de ese siglo debido a políticas del gobierno local y la crisis económica, terminando prácticamente a mediados de los años 80, después del terremoto de 1985.

Así, el alumbrado público –aunque hoy no es funcional en todas partes– fue importante para el desarrollo de la Ciudad de México desde la época de la colonia y dejó un par de tradiciones que suelen gustarle a los capitalinos.

Por Carlos Tomasini (@carlostomasini)