La mujer de 68 años se convertirá en testigo central de la investigación para aclarar los crímenes
Rosa María Cortés, madre de Mireya Agraz, la mujer que se quitó la vida luego de envenenar a sus tres hijos en San Jerónimo Lídice, fue dada de alta del hospital donde permanecía luego de despertar el pasado miércoles.
Cortés, que junto con su esposo tomó un coctel de pastillas, se convirtió en la única sobreviviente al suicidio múltiple por lo que será considerada la testigo central de la investigación para aclarar los crímenes.
La abuela de los tres niños dejó una carta donde pedía perdón a sus hijos y en ella no se encontraban detalles sobre los funerales de los nietos.
El Ministerio Público podría atribuirle a Rosa María Cortés cargos por homicidio.
Redacción