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Conflicto entre gobierno y científicos de México llega a punto de ebullición
Foto de internet

Un conflicto con tintes políticos e ideológicos que ha estado calentándose a fuego lento entre el gobierno y la comunidad científica de México llegó al punto de ebullición con una polémica que enfrenta a científicos de organismos públicos con investigadores críticos.

Las nubes de la tormenta comenzaron a juntarse incluso antes de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tomara posesión el 1 de diciembre de 2018.

Muchos científicos estaban complacidos de que López Obrador hubiera elegido a la bióloga Elena Álvarez-Buylla como futura titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pues la mayoría de quienes habían ocupado el cargo eran burócratas de carrera.

Pero otros expresaron preocupación acerca de su activismo en contra de las cosechas transgénicas, en especial el maíz genéticamente modificado, que ella considera una amenaza a la gran biodiversidad agrícola del país.

Las preocupaciones de los detractores parecieron quedar justificadas en febrero pasado cuando, ya con Álvarez-Buylla al frente de Conacyt, el organismo forzó la renuncia de la directora del Centro de Investigación Científica de Yucatán, Beatriz Xoconostle, biotécnologa y reconocida por su trabajo sobre el mejoramiento de cultivos a través de la ingeniería genética.

Conacyt argumentó que Xoconostle era “sujeto de investigación” de la Secretaría de la Función Pública, que revisa el uso de los recursos públicos, aunque la cesada nunca se le notificó de qué se le acusaba.

El punto de quiebre llegó el mayo pasado, cuando el presidente López Obrador firmó un memorando que se tradujo en recortes de 30 % a 50 % a los montos asignados a los centros de investigación científica en áreas como materiales, combustibles, viáticos, pasajes aéreos e investigaciones.

Los recortes motivaron que una delegación de científicos llevara en julio al Palacio Nacional, sede del Ejecutivo, una carta de protesta firmada por más de 11.000 investigadores.

Uno de los miembros de la delegación, el biólogo Antonio Lazcano, publicó ese mes en la revista científica estadounidense Science un artículo en el que cuestionaba el rumbo de la ciencia en México bajo la política de recortes de López Obrador.

En este criticaba “la oposición (de Álvarez-Buylla) a la ‘ciencia occidental racional y hegemónica’, que podría extinguir las colaboraciones internacionales, ahuyentar a los inversionistas en ciencia y tecnología, y alentar una fuga de cerebros de México”.

Álvarez-Buylla respondió con su propia carta a Science, publicada el 20 de septiembre, en la que sostiene que pese a los recortes presupuestales “una administración eficiente y la coordinación entre sectores federales que reciben recursos para ciencia, tecnología e innovación han redirigido otros fondos para apoyar a la comunidad científica más que nunca”.

Un día después, los medios de comunicación publicaron que Lazcano había sido removido de una comisión dictaminadora encargada de evaluar los informes de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Ante el tono crítico de los reportes periodísticos, el Conacyt emitió el 22 de septiembre un boletín el que aseguró que “es falso que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología haya ‘destituido o cesado del SNI al Dr. Antonio Lazcano, debido a sus críticas”.

“El Dr. Lazcano fue notificado de la pérdida de su calidad como miembro de la Comisión Dictaminadora a la que pertenecía por incumplir con sus deberes y fallarle así a la comunidad y al pueblo de México”, expuso el organismo.

Al solicitar Efe comentarios sobre la medida, a la que se han opuesto los propios miembros de la comisión de la que fue removido Lazcano en una carta pidiendo su reinstalación, Conacyt replicó que la posición oficial era la ya divulgada en el comunicado.

Por su parte Lazcano, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), atribuyó la decisión de Conacyt a “una mezcla de inexperiencia, falta de oficio, y me temo que hay un componente allí que está sazonando toda esa actitud que tiene que ver con el autoritarismo y la rigidez ideológica”.

En declaraciones a Efe, el especialista en el origen y la evolución temprana de la vida dijo que es perturbador un rechazo que se percibe en las autoridades de Conacyt a la llamada “ciencia occidental”.

“Hablar de ciencia occidental es una ridiculez. Por ejemplo, la ciencia contemporánea no puede prescindir del álgebra, de la tradición matemática de origen árabe. Ese conocimiento que viene de muchos pueblos, de muchas culturas, de distintos tiempos”, manifestó.

Lazcano -quien ha sido profesor residente y científico visitante en diversas universidades de Francia, España, Cuba, Suiza, Rusia y Estados- indicó que ha recibido un apoyo abrumador de sus colegas científicos, tanto públicamente como en privado.

“Pero los directores de los centros públicos de investigación están en una situación muy endeble”, dijo, y citó lo ocurrido a Beatriz Xoconostle y más recientemente a Leopoldo Altamirano, quien fue removido con argumentos similares de la dirección del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE).

Finalmente, aseguró que no se trata de un enfrentamiento entre Álvarez-Buylla y él. “El verdadero problema es la independencia que tienen que tener los organismos académicos para poder juzgar en términos científicos la labor de los colegas sin la intromisión del poder”, puntualizó.

Con información de EFE