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Colombianos realizan sorteos irregulares en el Centro Histórico
Boletos de rifas de colombianos. Foto de @INVERSIONESELAMIGAZO

Comerciantes establecidos y ambulantes del Centro Histórico de la Ciudad de México participan en sorteos semanales organizados por una organización denominada “Inversiones el amigazo”.

A decir de los involucrados, las rifas son organizadas por personas de origen colombiano quienes emplean a jóvenes de la zona para visitar los establecimientos y vender los boletos con series de números.

Cada boleto tiene un precio de 20 pesos y se pone en juego un premio mayor que va de los 30 a los 60 mil pesos, la lotería se realiza en tómbolas en una sede distinta cada semana, después los mismos boleteros recorren las calles y anuncian el ganador en un megáfono.

A decir de los comerciantes de artículos de papelería en la calle Mesones, los sorteos bajo esta modalidad iniciaron el año pasado pero se han extendido y aunque cada vez son más los participantes no conocen a ningún ganador.

Colombianos realizan sorteos irregulares en el Centro Histórico - boleteros
Boleteros. Foto de @INVERSIONESELAMIGAZO

Los boleteros se identifican con playeras amarillas, simplemente se acercan a los vendedores y sin mediar palabra entregan los cupones y reciben el dinero, según los comerciantes hasta ahora la compra de las boletas es voluntaria aunque temen que en el futuro cuando nadie quiera comprar utilicen métodos violentos.

De acuerdo con la Dirección General de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación este tipo de rifas, en todas sus modalidades, requieren de un permiso que por supuesto no tiene “Inversiones el amigazo”.

La organización tiene sus oficinas en la plaza comercial Talavera, ubicada en la calle con el mismo nombre en el Centro Histórico, ahí se contrata a los boleteros que reciben cinco pesos de comisión por boleto vendido y no cuentan con prestaciones de ley.

En la primera planta de la plaza hay locales abiertos a los clientes que se acercan; sin embargo, en el segundo piso los locales están cerrados, solo uno ofrece el servicio de sanitarios, frente a él hay un escritorio para hacer las contrataciones.

Durante un recorrido se comprobó que el escritorio permanece vacío la mayor parte del día, ello pese a que el horario de atención es de 9:00 a 18:00 h, según una llamada telefónica realizada por Notimex; una vez estando en el lugar los interesados reciben instrucciones para avanzar en el proceso de contratación.

Además, el lugar sirve como punto de reunión para los vendedores ya sea antes de salir a vender los boletos en las mañanas o para anunciar a los ganadores por las tardes.

A decir de uno de los boleteros cada día vende en promedio 50 boletos y con ello recibe un suelo diario de 250 pesos más comisiones que se negó a precisar, él desconoce el número de empleados que tiene la organización aunque asegura que cada vez son más.

Los boleteros se dividen por zonas: Tepito, Plaza Peña y Peña, Alhóndiga, Correo Mayor y La Merced, hasta donde se ha extendido el sorteo.

Inversiones El Amigazo tiene una cuenta de Facebook denominada, “Toda una Familia” en donde publican sus actividades diarias desde 2016, además de reuniones, fiestas y fotografías en las que se observa en las mismas oficinas de Talavera a jóvenes reunidos, en algunas aparece la frase: “Colombia te quiero”.

A decir de una vendedora de helados en un carrito, el sorteo es una forma de ganar dinero fácil por eso participa de manera recurrente aunque nunca ha ganado nada pues dice “la suerte es rara”.

Cuenta un comerciante ambulante de antojitos mexicanos, que es difícil expender o tener un negocio en el Centro Histórico, asegura que los boleteros son sólo una de las “cuotas” diarias que tienen que cumplir, además de los 220 pesos diarios que tiene que pagar a los líderes de los comerciantes por el espacio de venta, más una cuota mensual que va de los tres a los 10 mil pesos.

Además explica que los colombianos se han diversificado en otros “negocios” como la venta de ropa y zapatos de marca de prestigio, explica que llegan a los negocios a ofrecer los productos a plazos pero si el pago se retrasa de cobran altos intereses.

“Una vez vino un colombiano gordo, azotó un par de zapatos en un banco, me preguntó que si no quería, yo no acepté pero mis empleados cayeron por miedo o por el deseo de tener los productos y ahora no se los pueden quitar de encima”, afirmó.

Explica que en el centro de la Ciudad de México “se mueve mucho dinero”, razón por la que las organizaciones criminales aprovechan para extorsionar, cobrar derecho de piso, cobrar protección y hacer negocios como los sorteos y el préstamo exprés de dinero.

Con información de Notimex