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Bolsonaro niega corrupción ante sondeo con apoyo mayoritario a su destitución
Foto de EFE

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, negó este sábado cualquier caso de corrupción en su Gobierno tras la divulgación de un sondeo que muestra que, por primera vez, más de la mitad de la población es favorable de que el Congreso le abra un juicio político con fines destituyentes.

De acuerdo con la firma Datafolha, el 54 por ciento de los brasileños es favorable a que el líder ultraderechista sea sometido a un juicio político que pueda llevar a su destitución en el Congreso por los diferentes crímenes de responsabilidad que se le atribuyen, frente a un 42 por ciento que rechaza esta posibilidad.

Esta es la primera vez que el apoyo del juicio es mayoritario entre los brasileños, según Datafolha, que entrevistó a dos mil 74 personas en todo el país entre el 7 y el 8 de julio para una encuesta con un margen de error de dos puntos porcentuales.

En mayo, en una encuesta similar, los favorables al juicio político constituían el 49 por ciento y los contrarios el 46 por ciento.

El apoyo al juicio creció luego de que la Comisión Parlamentaria de Investigación instalada en el Senado para verificar las supuestas omisiones y fallas en la gestión del Gobierno frente a la pandemia de COVID-19 descubriera supuestas corruptelas y desvíos en la compra de vacunas contra el coronavirus.

En las últimas semanas han sido ventiladas denuncias de altos funcionarios exigiendo coimas para aprobar contratos de compra de vacunas y de negociaciones nebulosas, con intermediarios sospechosos, en torno a estas adquisiciones.

Uno de los testigos interrogado por la comisión parlamentaria, el diputado Luis Miranda, reveló que descubrió una de tales corruptelas y se la comunicó al jefe de Estado, quien prometió adoptar medidas para impedir la irregularidad, lo que finalmente no hizo.

Por tal omisión la Corte Suprema autorizó a la Fiscalía a abrirle una investigación al mandatario por peculado, lo que salpicó la imagen del líder ultraderechista, que venció las elecciones de 2018 con la promesa de combatir la corrupción y con duros ataques a los desvíos descubiertos en las administraciones de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Van dos años y medio sin corrupción. Quieren imputarme ahora un crimen de corrupción pese a que no fue comprada ni una dosis de esas vacunas”, afirmó este sábado el jefe de Estado en declaraciones que concedió a seguidores en la sureña ciudad de Porto Alegre.

De acuerdo con el mandatario, los contratos sospechosos fueron suspendidos por los organismos fiscalizadores debido a que “nosotros tenemos un filtro, tenemos control”, lo que impidió la compra de vacunas en los negocios investigados.

Sobre la denuncia de que no le pidió a la Policía investigar las corruptelas tras haber sido alertado de las mismas por el diputado Miranda, Bolsonaro afirmó que no puede tomar medida preventivas a partir de todas las informaciones que recibe.

Tras inicialmente haber negado la reunión con Miranda y haber dicho que el diputado aprovechó una audiencia para conversar sobre varios asuntos, afirmó que se reúne con unas 100 personas al mes y que no puede atenderlos a todos.

Se trata de una historia fantasiosa que solo sirve para que tres senadores se promuevan políticamente”, dijo.

Antes de ser salpicada por denuncias de corrupción, la imagen de Bolsonaro ya venía deteriorándose por su cuestionada gestión frente al COVID-19, ya que, en medio del negacionismo del presidente, contrario a los confinamientos, las mascarillas y otras medidas preventivas, Brasil se convirtió en uno de los países mas castigados por la pandemia en el mundo.

Brasil es el segundo país con más muertes por COVID-19 en el mundo después de Estados Unidos, con cerca de 532 mil víctimas, y el tercero con más contagios después de EE.UU. e India, con más de 19 millones de casos.

A eso se sumó el elevado desempleo provocado por la crisis económica causada por COVID-19, su cuestionada política ambiental y sus declaraciones consideradas antidemocráticas por poner en duda la lisura, cuando aún falta un año, de las elecciones presidenciales de 2022, en las que pretende aspirar a la reelección.

Según Datafolha, el índice de rechazo al Gobierno de Bolsonaro saltó desde el 45 por ciento en mayo hasta el 51 por ciento en julio, mientras que el porcentaje de brasileños que apoya su gestión se mantuvo en el 24 por ciento.

Otros sondeos indican que Bolsonaro sería vencido en la segunda vuelta de las presidenciales de 2022 por cualquiera de sus principales rivales y que el preferido por los electores, con amplio margen, es Lula, principal opositor del líder ultraderechista.

Con información de EFE