La Arquidiócesis llama a una atención profunda de la violencia, permanente y eficaz, asegurando que “actuar no es sinónimo de reprimir”
La Arquidiócesis de México hizo una dura crítica a la reacción del Gobierno Federal contra la violencia, al acusar una ‘mano blandengue’ “que diga que va a arreglar todo con abrazos amorosos o tolerando impunidades selectivas”.
En su editorial Desde la Fe, la Iglesia católica llamó a no utilizar métodos que toleren y fomenten la impunidad contra la violencia.
“La violencia es un monstruo de mil cabezas y una de sus formas más dañinas y contumaces es la que se enmascara como ‘acción políticamente correcta‘, pero que infringe daño y abuso contra víctimas inermes, resignadas y abandonadas a soportar más allá del colmo”, expuso.
Criticó que expresiones retóricas como “no criminalizaremos la protesta” pueden abrir el camino a ‘dimensiones riesgosas’ al suponer una omisión hipócrita de responsabilidades elementales.
La Arquidiócesis llama a una atención profunda, permanente y eficaz al asegurar que “actuar no es sinónimo de reprimir” sino garantizar la paz, defender los derechos y la seguridad de todos.
“Una mano dura que tome el camino de la represión –sea abierta y pública, o escondida y hasta legalizada como la llamada “ley garrote”- es tan reprobable como una mano blandengue que ignore el camino de responsabilidades y derechos, que diga que va a arreglar todo con abrazos amorosos o tolerando impunidades selectivas”, indica.
Para la Iglesia católica, México necesita encontrar el camino ordinario y estable hacia el ejercicio de derechos, la paz y el respeto, tarea que también incluye a las familias, ciudadanos, empresas y partidos.
“Ojalá que no nos conformemos con mesas de diálogo donde no se dialoga, donde cada participante representa por intereses parciales y no la búsqueda del bien común. Mucha violencia, sutil o explícita, pero capaz de hacer daño, puede esconderse entre las líneas de lo políticamente correcto”, concluye.
Con información de López-Dóriga Digital