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Advierte INAH sobre impacto del Tren Maya en patrimonio cultural
Foto de Salva la Selva

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señaló que con la construcción del Tren Maya el patrimonio cultural podría verse impactado, reveló Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del organismo.

En el encuentro “El Tren Maya. Realidades y mitos”, Sánchez Nava señaló que en el área de influencia del Tren Maya se localizan 30 zonas arqueológicas abiertas al público y dos Zonas de Monumentos Históricos. De las 30 zonas arqueológicas señaladas, tres están inscritas en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: Palenque, Chichén Itzá y Calakmul, esta última inscrita como Bien Mixto por sus componentes natural y cultural.

Precisó que lo anterior no es todo el universo. Dentro de esa misma zona de influencia se tienen registrados tres mil 24 sitios arqueológicos, cifra que puede cambiar prácticamente “cada semana”, aunque se cuenta con poligonales de protección de las zonas arqueológicas, esto “no quiere decir que no haya patrimonio fuera de ellas”. Asimismo, 15 áreas naturales protegidas se insertan en la esfera de influencia.

El coordinador nacional de Arqueología comentó que desde la primera reunión con el equipo del Proyecto Tren Maya, celebrada el 2 de octubre de 2018, se ha dejado en claro que el INAH tiene amplia experiencia en el acompañamiento de estas grandes obras de infraestructura.

“El INAH apoya en la supervisión de las tareas, con arqueólogos y otros profesionales, sin embargo, no recae en él el pago de sus servicios. Será a partir de conocer el proyecto de obra, los cronogramas, las áreas de incidencia y las prioridades, que podremos elaborar un proyecto de salvamento arqueológico en tiempo y forma para acompañar los trabajos de construcción del Tren Maya”, detalló.

Sánchez Nava dio a conocer que se ha solicitado contar con estudios LIDAR, una técnica de teledetección que permite determinar con gran precisión la existencia de monumentos arqueológicos bajo gruesas capas de vegetación, al menos en el desarrollo de la primera etapa del proyecto que va de Palenque a Escárcega, donde se ubican tres zonas arqueológicas abiertas al público: Palenque, Pomoná y Moral-Reforma, más 480 sitios registrados. Cabe mencionar que además de los datos LIDAR también habrán de llevarse a cabo recorridos en superficie por parte de arqueólogos.

Entre las prioridades del INAH en el caso del Tren Maya, como ya lo ha comentado su propio director general del INAH, Diego Prieto Hernández, está la protección al patrimonio cultural, el mejoramiento de la infraestructura y las condiciones de las zonas arqueológicas, y la eventual apertura de algunos sitios, como puede ser Ichkabal, en Quintana Roo.

Entre las posibles consecuencias, se encuentra el incremento exponencial de la visita, con una consecuente solicitud de eventos que viene de los más diversos remitentes: organismos internacionales, sindicatos, asociaciones civiles y religiosas, iniciativa privada, por mencionar algunos. El aumento del flujo de público requerirá además de estudios de capacidad de carga; del mejoramiento de señalamientos, áreas de servicios y centros de visitantes; equipamiento y mobiliario, taquillas, entre otras.

Con información de López-Dóriga Digital