Lyudmila sostiene con una mano temblorosa el móvil en el que muestra la foto de su hija, Tatiana, una chica de 22 años que trabajaba en el centro comercial de Kremenchuk atacado con un misil ruso el lunes. No sabe nada de ella desde entonces y su angustia, como la del resto de familiares de los 21 desaparecidos, aumenta cada hora
junio 30, 2022