
De acuerdo con The Washington Post, Trump hizo negocios con empresas de operadores de la mafia y contribuciones a campañas políticas
Donald Trump está implicado en un nuevo escándalo. El medio estadounidense The Washington Post ha revelado que el magnate logró acrecentar su imperio inmobiliario a través de grandes contribuciones a campañas políticas y haciendo negocios con empresas de construcción y sindicatos que están operados por la mafia.
La investigación de Robert O’Harrow Jr. hizo públicos los resultados de su investigación con datos de registros judiciales, testimonios de Trump y de otras personas sobre el crecimiento de los negocios del empresario.
Trump, de 69 años y uno de los precandidatos con más serias aspiraciones para contender por el Partido Republicano a la Presidencia de la República de los Estados Unidos, dirigió en una de las industrias de construcción más corruptas del país para así ir acrecentando su fortuna, señaló el diario.
De las empresas que reporta el diario son controladas por mafiosos que tuvieron negocios con Trump figuran S&A Concrete, que proveyó materiales de construcción para la Plaza Trump, un hotel y casino en Atlantic City, Nueva Jersey.

El medio reporta que los dueños de S&A Concrete eran Anthony ‘Fat Tony’ Salerno, quien era el jefe de la familia criminal Genovesa y Paul Castellano, jefe de la familia Gambino


Señala la investigación que ellos “requerían que los proyectos de construcción multimillonarios obtuvieran el cemento a través de S&A, a precios inflados, de acuerdo con un encauzamiento federal contra Salerno y otros”.
Cabe recordar que Salerno terminó en prisión por asociación delictiva. Su abogado, Roy Cohn, era de igual forma, amigo, y en algunas ocasiones, abogado de Donald Trump. Pese a no que nunca se le acusó de algún delito, Cohn dejó de ejercer su profesión antes de morir en 1986.
Esta investigación hace un hincapié en que la mafia controlaba en esa época el que fue demoninado el “Club del Cemento”, un cártel de contratistas que arreglaban contratos, especulaban en los precios para impedir el paso a la competencia y controlaban los sindicatos de trabajadores del ramo.
El trabajo de Harrow señala que “casi todos los grandes proyectos de construcción de Manhattan en ese periodo fueron construidos con participación de la mafia (…) y eso incluyó la Trump Tower, el flamante edificio de 58 pisos en la 5ta avenida, que fue construido con concreto reforzado”, apuntó el diario.

Donald Trump ingresó al negocio inmobiliario en 1968, tras graduarse de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania.
En Queens, trabajó con su padre, Fred Trump, quien era el propietario de una firma inmobiliaria de edificios de departamentos y de otras propiedades a lo largo del país.

En 1971 Trump se hizo cargo de la empresa y empezó a cultivar a los ricos y poderosos haciendo donaciones regulares a miembros de la maquinaria política demócrata de Nueva York.
“Alcaldes, presidentes de barrio y otros funcionarios electos eran francos en sus peticiones de efectivo para sus campañas y ‘préstamos’, de acuerdo con una comisión sobre integridad gubernamental. Trump ha dicho que entre más rico se volvía, más dinero donaba.
Un reporte estatal encontró que Trump ignoró los límites de aportaciones estatales de campaña individuales de 50 mil dólares, así como los límites corporativos de cinco mil diseminando sus pagos entre 18 empresas subsidiarias.
Las donaciones de Trump a campañas políticas fueron presentadas por una comisión estatal como ejemplo de la relación financiera entre los desarrolladores inmobiliarios y las autoridades de Nueva York.
Pero el diario señaló que el magnate también hizo negocios con la mafia en Atlantic City, para entrar al negocio de casinos. Un memorando del FBI confirmó que Trump estaba consciente del involucramiento de la mafia en Atlantic City.
En tanto, expertos, que fueron entrevistados en la investigación de Harrow, señalan coincidencias en la afirmación de que Trump y otros desarrolladores de proyectos inmobiliarios tenían que adaptarse al ambiente prevaleciente en Nueva York para poder hacer negocios en la ciudad.
“No es ilegal, pero no se podría decir que tampoco es algo bello. Era un sistema muy enfermo”, señaló el profesor de derecho de la Universidad de Nueva York, James Jacobs sobre Trump, quien hasta el momento no ha sido acusado de ningún delito.
Trump no ha querido dar réplicas ni entrevistas al medio estadounidense. No obstante, “Ningún candidato presidencial serio ha tenido el mismo nivel de profundidad documentada de negocios con entidades controladas por mafiosos”, concluyó el diario.
Con información de The Washington Post