La primera mujer suicida de Europa se hizo explotar cuando la policía se acercaba a la casa donde ella se escondía con su primo
Hasna Ait Boulahcen, la mujer de 26 años que se inmoló haciéndose explotar durante la redada realizada por la Policía francesa el pasado 18 de noviembre en el barrio de Saint-Denis, a las afueras de París; no tenía ningún interés en la religión, nunca leyó el Corán y comenzó a usar un velo en la cara hacía apenas un mes, de acuerdo a su hermano Youssouf Ait Boulahcen.
La primera terrorista suicida de Europa se hizo explotar cuando la policía se acercaba a la casa donde ella se escondía con su primo Abdelhamid Abaaoud, autor intelectual de los atentados.
Tres oficiales de la policía confirmaron que Hasna se hizo explotar durante el operativo en un departamento en los suburbios de París. Uno de los oficiales dijo que detonó un chaleco explosivo después de una breve discusión.
De acuerdo a lo que puede escucharse en el video, un policía le preguntó “¿Dónde está tu novio?” y ella respondió enojada “¡Él no es mi novio!” y luego ocurrió la explosión.
Los cadáveres recuperados durante el operativo estaban severamente dañados, incluso parte de la cabeza y columna vertebral de la mujer salieron por una ventana y fueron a caer hasta un vehículo de la policía estacionado en la acera, complicando la identificación formal.
En un comunicado, su hermano, que desde hace cinco años no platicaba con Hasna, describe su relación como “complicada”.
“Ella pasó un tiempo criticando todo. Se negó a aceptar cualquier consejo. Ella vivía en su propio mundo. No estaba interesada en estudiar su religión. Nunca la vi abrir el Corán. Ella estaba permanentemente en su teléfono, usando Facebook o WhatsApp”, señaló.
“Le dije que parara todo esto, pero ella no quiso escuchar, ignoró mis numerosos intentos de advertirle, me decía que no era su padre o su esposo, y que debería dejarla sola”.
Sus amigos la describieron como una chica fiestera que le gustaba beber alcohol y fue apodada “la vaquera”, debido a que le gustaba usar sombreros de vaquero.
Hace tres semanas, Ait Boulahcen se fue a vivir con una amiga en Drancy, un suburbio al noreste de París.
“En las raras ocasiones en que hablé con ella fue para decirle que se comportase mejor, para tener una mejor actitud, para hacer más fácil llevar su estricto código de vestimenta”, agregó Youssouf.
“El domingo a las 19:00 h me llamó porque le había marcado, y ella sonaba como si hubiera renunciado a la vida”.
Youssouf fue a ver cómo estaba, esperó 15 minutos y no obtuvo respuesta.
“Ella me llamó y le colgué después de decirle que no me llamara nunca más después de las molestias que me había causado, haciéndome ir por nada”.
“Finalmente, el miércoles por la mañana encendí el televisor y me enteré de que se había suicidado, sacrificando la vida que el Señor le había dado”, dijo.
“Ella había sido víctima de la violencia desde que era muy joven, maltratada y rechazada, nunca recibió el amor que necesitaba. Desde los cinco años ella fue dada en adopción, así que creció con una familia ajena. Ella estaba feliz y floreció en su adolescencia. Luego, a medida que creció se reveló. Se volvió temeraria, huyendo y eligiendo malas compañías”, reveló su hermano.
“Yo nunca estuve a su lado porque vivíamos separados pero durante las oportunidades que tuve de hablar con ella, estaba llena de entusiasmo, aunque su inestabilidad siempre la arrastró hacia abajo. Ella iba de un proyecto de vida a otro, sin duda”, concluyó.
Por su parte, un vecino, un jubilado de 62 años de edad, la describió como una “Tom boy” y dijo que siempre vestía de jeans y un gorro negro hasta hace más o menos ocho meses, cuando comenzó a usar un niqab (velo).
“Ella no tenía miedo de nadie. Era como un pequeño soldado. Ella era muy animada, muy dinámica. No tenía un niqab antes. Ella estaba siempre en vaqueros y tenis. Era una chica muy bien hablada. Era muy respetuosa”, afirmó.
Redacción
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