Los estudiantes se manifestaron este jueves en contra del programa de gratuidad educativa de la presidenta Michelle Bachelet
Miles de estudiantes universitarios marcharon el jueves contra el sistema de enseñanza gratuito propuesto por la presidenta chilena Michelle Bachelet, en una protesta llena de incidentes protagonizados por encapuchados.
Unos 60 mil jóvenes, según sus dirigentes, caminaron unas 25 cuadras bajo el lema “Gratuidad sin transformar, no es avanzar”. Como de costumbre, encapuchados protagonizaron desórdenes y enfrentamientos con la policía, que los reprimió con gases lacrimógenos y agua.
La gratuidad en la enseñanza era el pilar del programa de gobierno de Bachelet, que hasta ahora propuso liberar de pagos a unos 220 mil estudiantes para 2016, alrededor de 20 por ciento del total.
Pero lo ofrecido discrepa de la propuesta original porque excluye reformas estructurales en el sistema educativo y se estima que no cubrirá todos los gastos del estudiante favorecido, por lo que la diferencia debería ser pagada por las universidades. La desaceleración económica que vive Chile obligó a Bachelet a postergar esos cambios.
“Con esta gratuidad no se transforma la educación por lo tanto no puede llamarse un avance”, afirmó Valentina Saavedra, vocera de la confederación que agrupa a los líderes universitarios.
Nicolás Fernández, presidente de los estudiantes de la Universidad Diego Portales, declaró que “hoy la gratuidad no viene a hacer una transformación, sino que necesitamos más democracia y un marco regulatorio claro, no la incertidumbre que tenemos”.
Según lo anticipado por el gobierno, accederán a la gratuidad quienes tengan un ingreso individual promedio en su núcleo familiar de 160 mil pesos, y que terminen su carrera en el plazo estipulado por el plantel en el que estudian.
Javiera Reyes, vicepresidenta de los alumnos de la Universidad de Chile, y algunos compañeros trazaron una pista de carreras en la principal avenida de Santiago y vestidos como atletas corrieron 100 metros llanos para simular su rechazo al límite a la gratuidad medido por los años de duración de la carrera que siguen.
“Los estudiantes no somos atletas, el derecho a la gratuidad no puede ser una carrera contra el tiempo”, dijo Reyes. Añadió que “los estudiantes no pueden estar con una soga al cuello pensando en que si se echan (reprueban) un ramo van a tener que volver a endeudarse, una vez más, lo que sería un evidente retroceso”.
En el país son muy pocos los estudiantes que concluyen su carrera en los semestres establecidos por su universidad.
Redacción.