El mandatario se enfrentará al resentimiento de millones de puertorriqueños que siguen luchando por satisfacer sus necesidades básicas
Este martes, Donald Trump viajará a Puerto Rico para evaluar los daños que el huracán María provocó en la isla.
La visita brinda la oportunidad de mostrar solidaridad con los puertorriqueños que sobrevivieron el devastador paso del meteoro y de explicar cómo el gobierno estadounidense los ayudará en la recuperación.
El mandatario se enfrentará al resentimiento de millones de personas que todavía tienen que luchar por satisfacer sus necesidades básicas dos semanas después del paso del huracán.
Las tensiones se incrementaron cuando Trump atacó a los que criticaron la respuesta de su Gobierno en la isla.
El presidente reprendió este fin de semana a Carmen Yulin Cruz, alcadesa de San Juan por su “liderazgo mediocre”, después de que esta última criticara la respuesta federal. “Algunas personas en la isla quieren que les hagan todo cuando debería ser un esfuerzo comunitario”, aseveró Trump.
Cruz fue invitada por la Casa Blanca a participar en la visita del presidente estadounidense, pero no está claro si aceptó la propuesta.
El huracán inutilizó la red eléctrica de la isla y menos de la mitad de los habitantes cuenta con agua corriente. Dos semanas después, sigue siendo muy difícil para los residentes obtener señal de telefonía celular o combustible.
Puertorriqueños molestos con Trump
Con excepción de los eventos oficiales, muchos puertorriqueños dicen que no recibirán al presidente Donald Trump con los brazos abiertos durante su visita del martes a la devastada isla.
Los habitantes del territorio estadounidense se mostraron molestos y despectivos el lunes cuando se les preguntó sobre la descripción que dio Trump sobre algunos puertorriqueños que criticaron la ayuda del gobierno estadounidense tras el paso del huracán María, a los que se refirió como “ingratos”, y sobre sus aseveraciones de que las labores de ayuda marchan bien.
“Para mí, él es una basura”, dijo Rachel Cruz, una lingüista que iba rumbo a casa después de comprar víveres en la capital, San Juan. “Está haciendo el ridículo y está dejando en ridículo al país”.
Cruz dijo que los puertorriqueños están furiosos al no contar con energía eléctrica en gran parte de la isla y por el cierre de muchas escuelas y negocios, además de que en muchas de las provincias pasan apuros para conseguir agua potable y alimentos. Pero recalcó que es poco probable que incluso los que están más indignados insulten abiertamente al hombre que, a fin de cuentas, es el responsable de ayudarlos.
“Esto es el sentir de la gran mayoría de la gente, pero debemos mantenernos ecuánimes porque necesitamos la ayuda”, recalcó.
Incluso quienes están satisfechos con la ayuda federal hacia la isla de 3.4 millones de habitantes, admitieron que están resentidos con los tuits de Trump en los que describe a algunos puertorriqueños como holgazanes e ingratos.
“Agradecemos toda la ayuda que nos hayan enviado, pero los comentarios de él no son ciertos”, dijo Nancy Rivera, directora de una escuela privada que salió a comprar pan. “No nos merecemos eso”.
Con información de Reuters y The Associated Press
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