Los talibanes insistieron en su deseo de tomar el asiento de Afganistán en el seno de las Naciones Unidas para hablar de la realidad del país
El Gobierno de los talibanes insistió en su deseo de tomar el asiento de Afganistán en el seno de las Naciones Unidas para hablar de la realidad del país.
“Si se diera un escaño al gobierno afgano, sería una oportunidad para compartir todos los hechos existen en Afganistán con la región y el mundo y no habría ninguna preocupación al respecto”, indicó el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno talibán en un comunicado.
De acuerdo con los fundamentalistas, las preocupaciones que han compartido los países “que no están listos para darle un lugar al Gobierno afgano en la ONU, no tienen fundamento”, y esto podría haber sido aclarado por su Administración si se les hubiera permitido un espacio.
La declaración del Gobierno islamista responde especialmente al rechazo expresado ayer por el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, en su intervención en la Asamblea General de la ONU.
En su discurso, Sharif aseguró que su nación “comparte la preocupación de la comunidad internacional con respecto a la amenaza que representan los principales grupos terroristas que operan desde Afganistán”, en referencia al Estado Islámico de Khorasan, la rama afgana del grupo yihadista; el Takrik-e-Taliban Pakistan, y Al-Qaeda.
En línea con esto, el Emirato Islámico de Afganistán, como se autodenominan los talibanes, “una vez más rechaza las preocupaciones y aclara su posición al mundo de que el suelo afgano no se usará contra nadie, y aquí tampoco hay ningún grupo armado”, según la declaración.
Afganistán ha sufrido varios de sus más sangrientos ataques desde que ese grupo islamista radical regresó al poder hace un año.
La mayoría de estos ataques han sido autoría del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que se ha convertido en la principal amenaza para la seguridad en Afganistán y mantiene una intensa rivalidad con los talibanes.
Los talibanes llevan más de un año pidiendo el reconocimiento de la comunidad internacional y su derecho a participar durante el periodo anual de sesiones de la Asamblea General, alegando que tienen derecho a representar a su país por tener control total del territorio y un gobierno establecido.
Pakistán fue, durante el Gobierno del ex primer ministro Imran Khan, una de las pocas naciones que mantuvo cercanía con el régimen talibán, y dedicó grandes esfuerzos en conseguir que la comunidad internacional establecieran relaciones positivas con los fundamentalistas.
Sin embargo, tras la salida del Khan por una moción de censura en el Parlamento paquistaní, y la llegada de Sharif al poder, los países vecinos han visto un aumento de las fricciones, principalmente en asuntos de seguridad y fronterizos.
Con información de EFE