Islam Karímov, quien gobierna desde 1989 Uzbekistán, ha sido hospitalizado a causa de un derrame cerebral, así lo informó su hija
El hombre que gobierna desde 1989 Uzbekistán, Islam Karímov, ha sido hospitalizado en Tashkent, la capital del país asiático, a causa de un derrame cerebral, así lo informan fuentes extraoficiales.
El presidente uzbeco, de 78 años de edad, que además presenta problemas del corazón y respiratorios, se encuentra estable y recibe cuidados intensivos, según ha revelado una de sus hijos, Lola Karimova-Tillyaeva, a través de su cuenta en la red social Instagram.
“Por el momento es demasiado temprano para hacer predicciones sobre su salud en el futuro”, ha escrito Karimova-Tillyaeva, quien es además embajadora de Uzbekistán en la UNESCO y la hija menor de Karímov, que no tiene descendientes varones.
Uzbekistán es un país clave en la región centroasiática, y su vecindad con Afganistán, país con el que limita al sur, le otorga una gran importancia estratégica. Ello ha valido que pese a que en esa nación vive bajo un régimen dictatorial, donde son conocidos los casos de violaciones a los derechos humanos, es apoyado por Occidente, pues es una nación rica en hidrocarburos, algodón y oro. También Karímov cuenta con el respaldo del Kremlin, al que vende gas.
No obstante, pese a los 27 años en el poder de Karímov, este no tiene un sucesor claro, a diferencia de otros gobernantes de la ex Unión Soviética, los cuales han creado verdaderas dinastías. Por tanto, cabe la posibilidad de que en caso de que el país se quede sin presidente, exista un peligroso vacío, que repercutiría en la estabilidad en la región.
Karímov es el máximo líder del país desde junio de 1989, cuando fue elegido primer secretario del Partido Comunista de Uzbekistán, que entonces era una república de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Un par de años más tarde, ya desintegrado el soviético, declaró la independencia y desde entonces se ha perpetuado en el poder por medio de plebliscitos y elecciones en las que ha ganado oficialmente siempre con cerca del 90 por ciento de los votos.
La última vez, en 2015, cuando compitió con otros tres candidatos, todos leales al régimen, sucedieron los mismos resultados; el que llegó segundo obtuvo solo 3.08 por ciento de los sufragios.
Organizaciones internacionales de derechos humanos han catalogado al gobierno uzbeco como una de las peores dictaduras, donde es común la censura, la persecución religiosa –con el pretexto de combatir el islamismo radical-, la falsificación de las elecciones y la tortura.
Con información de El País