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Sí es golpe de Estado, pero crisis en Bolivia es autogestionada por Evo Morales: Zovatto
Foto de Notimex

El analista Daniel Zovatto apuntó que lo sucedido en Bolivia sí puede ser llamado golpe de Estado, mismo que tuvo como resultado la renuncia del mandatario Evo Morales Ayma, aunque dejó en claro que fue una crisis autogestionada por él mismo los últimos dos años.

En entrevista con Joaquín López-Dóriga en su espacio en Radio Fórmula, el director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe realizó una línea de tiempo que tuvo como resultado la renuncia de Morales Ayma a la Presidencia de Bolivia, luego de que las Fuerzas Armadas se la sugirieran el domingo.

” Yo digo que sí es un golpe de Estado, es una combinación de factores. Es una crisis autogestionada, es un pecado capital de Evo Morales de no quererse retirar a tiempo. Es su incapacidad para generar una alternancia a su liderazgo, es de los presidentes que concentran todo en su persona, es un ‘presidente sol’. Una vez que desaparecen ellos o les pasa algo, todo el sistema a su alrededor colapsa (…) No podemos hablar de una verdadera democracia cuando las Fuerzas Armadas le sugieren al presidente que se tiene que ir”, argumentó.

Forzar la Constitución

Zovatto sugirió que hay una combinación de factores en la renuncia de Morales como presidente. Primero está el empecinamiento del todavía mandatario boliviano de forzar la Constitución de su país para perpetuarse en el poder.

“Hay una combinación de factores, ha habido un empecinamiento de Evo Morales de forzar la Constitución para quedarse en el poder. La Constitución  de 2009, que él promulgó, permite únicamente dos periodos presidenciales de cinco años cada uno y Evo lleva casi 14 años y quería quedarse un cuarto periodo, otros cinco años más”, aseguró.

La Constitución no se lo permitía y (Evo Morales) organizó un referéndum y lo perdió el 21 de  febrero de 2016. Esto para poner la crisis del contexto, esta crisis viene de atrás. Forzó al Tribunal Constitucional, sobre el cual ejerció una gran influencia, y terminó diciendo que prohibirle a Evo que tuviese un cuarto periodo era violar sus derechos humanos y fue inscrito como candidato”, expresó.

“Se hicieron las elecciones el 20 de octubre, siendo un proceso plagado de irregularidades como determinó la misión de la OEA. Evo negoció con Luis Almagro (secretario general de la OEA) hacer una auditoría técnica, con el compromiso de que los resultados de esa auditoría iban a ser vinculantes”, dijo.

“Se hizo la auditoría de la OEA y los resultados fueron contundentes: una cadena brutal de irregularidades. Evo a los pocos minutos de conocerse esta auditoría dijo: ‘vamos a nuevas elecciones, no una segunda vuelta y a un nuevo Tribunal Electoral’, pero ya era tarde”, abundó.

“La oposición que lidera Fernando Camacho le dijo que no era suficiente, le pidió la renuncia y que no pudiera participar en las próximas elecciones. Evo venía desgastado por mucha presión popular denunciando el fraude y llevó a que las Fuerzas Armadas le sugirieran que se vaya. Minutos después, la Policía le hizo la misma sugerencia, entonces Evo ya no tuvo la opción más que renunciar”, externó.

Crisis jurídica en Bolivia

Zovatto detalló la crisis jurídica y de tiempos que se vivirá en Bolivia después de la renuncia de Evo Morales y que tiene como fecha límite el 21 de enero de 2020, cuando terminen su periodo todos los puestos de elección popular en el Congreso del país sudamericano.

“Esta crisis está basada en tres artículos de la Constitución de 2009: el 168, que le prohíbe a cualquier boliviano tener más de dos periodos como presidente y en la crisis se desata el 169 y 170”, señaló.

“El 170 regula las diferentes manera en que se pone fin a la Presidencia, una de ellas es vía renuncia, que dice que tiene que ser por escrito y ser llevada al Congreso, Evo ya la oficializó. A partir de ahí juega el artículo 169, que detalla la línea de sucesión, el problema es que en Bolivia los cuatro cargos que sucedían renunciaron. ¿Quién estaría a cargo? Evo Morales sigue siendo el presidente de Bolivia hasta que el Congreso apruebe su renuncia, aunque de facto no tiene ningún  poder”, detalló.

“Uno vez que la vicepresidenta segunda del Senado de Bolivia convoque al Congreso, tiene que haber la mitad más uno de 176 diputados y senadores para aprobar la renuncia. Si se acepta, a partir de ahí el Congreso tiene que decidir quién puede ejercer la Presidencia”, aclaró.

“A partir de ahí arranca un proceso constitucional muy complejo porque los tiempos están en contra: todos los cargos selectivos vencen el 21 de enero de 2020, tienen muy poco tiempo para que se anulen las elecciones pasadas, designar nuevas autoridades del Tribunal Supremo Electoral, que este convoque a nuevas elecciones, revisar el calendario electoral y ajustarlo a los nuevos tiempos, además de hacer los ajustes en el calendario para hacer las nuevas elecciones y que estas tomen posesión el 22 de enero, si es que se quiere cumplir a rajatabla con la Constitución”, subrayó.

“No hay nada resuelto, es una ruta muy compleja en una crisis que sigue abierta, en donde además hay grupos que se están organizando y que gritan una guerra civil, las fuerzas armadas tienen que salir a poner en orden en una situación en donde la sociedad está muy polarizada, y que si no se manejan bien podrían llevar a Bolivia a un desborde de la violencia. Es una crisis en desarrollo”, aclaró.

Con información de López-Dóriga Digital