José Gabriel Brochero, un sacerdote gaucho que vivió entre 1840 y 1914, será el primer santo “totalmente” argentino gracias a la aprobación de parte del papa Francisco del milagro que le abrió el camino a los altares. En una audiencia con el prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, … Continued
José Gabriel Brochero, un sacerdote gaucho que vivió entre 1840 y 1914, será el primer santo “totalmente” argentino gracias a la aprobación de parte del papa Francisco del milagro que le abrió el camino a los altares.
En una audiencia con el prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, Francisco autorizó el milagro, una curación inexplicable atribuida a la intercesión del beato.
El Cura Brochero, como se le conoce cariñosamente en su país, es famoso por su entrega incansable a los enfermos y moribundos en la céntrica provincia de Córdoba donde la población donde realizó gran parte de su labor actualmente lleva su nombre.
A caballo recorría constantemente el Valle de Traslasierra construyendo iglesias y capillas, levantando escuelas y abriendo caminos entre las montañas. En su vejez enfermó de lepra, se quedó sordo y ciego antes de morir en 1914.
El sacerdote será el primer santo totalmente argentino porque ya existe otro santo, Héctor Valdivieso Sáez, nacido en el puerto de Buenos Aires en 1910 pero que vivió en ese país apenas cuatro años, antes de viajar a España en 1914, donde fue asesinado 20 años después durante la Guerra Civil.
El Papa Francisco también aprobó la beatificación de Genaro Fueyo Castañón, un sacerdote diocesano, junto a tres compañeros que fueron muertos “en odio a la fe” en 1936, también durante el conflicto español.
Redacción