
Se le acusa públicamente de una mala gestión de Roma y gasto excesivo de recursos del ayuntamiento.
Ignazio Marino, alcalde de Roma, dio a conocer su renuncia del cargo por presión del centroizquierdista Partido Democrático (PD), tras una serie de fallas políticas y escándalos, aunque tendrá 20 días por ley para reconsiderar su decisión.
El miércoles por la noche, Marino dio a conocer su dimisión por medio de un comunicado público luego de ser asediado por el PD, al que también pertenece el primer ministro italiano Matteo Renzi.
Una vez hecho el anuncio, en el Capitolio donde se ubica la alcaldía romana, simpatizantes de partidos de derecha celebraron la decisión de Ignazio Marino, quien estaba defendido por un grupo de militantes que le invitaban a resistir.
Electo en 2013, el alcalde cometió una serie de graves tropiezos durante su periodo, siendo el último la publicación de los comprobantes de gastos del municipio por 20 mil euros (cerca de 22 mil 500 dólares), los cuales solo abarcan cenas y almuerzos de trabajo.
Además que en dichas cenas, varios de los supuestos invitados negaron haber asistido, como el embajador de Vietnam en Italia, al igual que los representantes de la asociación católica de San Egidio, por lo que la fiscalía comenzó una investigación por posible peculado.
En lo que va de la jornada, al menos tres funcionarios más anunciaron su renuncia como asesores del ayuntamiento, asegurando que no se encuentran en condiciones para continuar con el trabajo, mientras que el partido Ecología y Libertad anunció que dejará de apoyar a Marino.
Tras estos escándalos el alcalde se vio obligado a publicar más comprobantes de gastos sobre el viaje que realizara a Filadelfia en el marco de la vivista papal a Estados Unidos, donde participaría el alcalde en un encuentro, aunque no quedó claro quién lo había patrocinado.
Por lo que la prensa italiana cuestionó al Papa sobre si había invitado al alcalde romano a la gira por Estados Unidos, a lo que el Pontífice aclaró con una rotunda negativa.
Marino también es investigado por la supuesta vinculación en un caso de infiltración de la mafia dentro del ayuntamiento, a causa de la pésima administración de Roma así como las ausencias del alcalde durante momentos importantes , además de la creación de una plaza pública.
Sin embargo el ahora exalcalde anunció que contará con 20 días para reconsiderar esta decisión y reivindicar su trabajo, señalando que este es un “intento por subvertir el voto democrático de los romanos” por presión del PD.
Pero medio italianos remarcan que fue el primer ministro, también secretario del PD, quien dio un ultimátum a Marino para dimitir el cargo.
Por lo pronto, se espera que en Roma haya nuevas elecciones, que podrían ser convocadas antes de mayo de 2016.
Redacción