El papa Francisco lamentó la burla de algunos miembros de la Iglesia al comentar el tocado de plumas de indígenas en la misa del domingo
El papa Francisco lamentó hoy en su discurso de apertura del Sínodo sobre el Amazonas la burla de algunos miembros de la Iglesia al comentar el tocado de plumas de indígenas en la misa del domingo y afirmó:
“¿Qué diferencia hay entre llevar plumas o el tricornio de algunos jefes de dicasterio?”
En su discurso en el aula del Sínodo, donde desde este lunes y hasta el 27 de octubre los obispos debatirán sobre las necesidades y problemáticas de la Amazonia, Francisco también hizo referencia a las “resistencias” y críticas por parte de una parte de la Iglesia a la celebración de esta asamblea.
El papa pidió “acercarse a los pueblos de la Amazonia de puntillas. Respetando su historia, sus culturas y su estilo en buen vivir, en el sentido etimológico de la palabra y no socialmente como hacemos a menudo”.
Denunció que en el pasado “bajo lemas como civilización y barbarie” se aniquiló a los pueblos originarios, e incluso hasta los años 80, y habló del desprecio actual, también en su país, Argentina, cuando se refieren a los que “vienen de la barbarie y se les llama ‘bolitas’ (bolivianos), ‘paraguas’ (paraguayos) o ‘cabecitas negras'”.
“Me dio mucha pena escuchar aquí dentro un comentario burlón sobre ese señor piadoso que llevó las ofrendas con plumas en la cabeza (durante la misa de ayer). Decidme ¿qué diferencia hay entre llevar plumas y el tricornio que usan algunos oficiales de nuestros dicasterios?”, dijo Francisco, que arrancó un aplauso de los presentes en la sala.
El Sínodo comenzó hoy con una procesión desde la basílica de san Pedro al aula del Sínodo del papa rodeado de indígenas y en la que se escucharon cantos y bailes, y se portaban objetos de la tradición de los pueblos originarios, como canoas, remos y redes.
El papa afirmó que se corre el peligro en este Sínodo de proponer “medidas simplemente pragmáticas, cuando por el contrario se nos pide una contemplación de los pueblos, una capacidad de admiración, que haga nacer un planteamiento paradigmático”.
“No hemos venido aquí a inventar programas de desarrollo social o de custodia de culturas, de tipo museo o de acciones no contemplativas”, dijo.
Criticó la “deforestación, unificación y explotación” que están poniendo en práctica algunos y que “no respetan la poesía y la realidad de los pueblos, que es soberana”.
Recordó a los hombres de la Iglesia que para debatir existe el “camino sinodal” y no las “salas”, las “mesas redondas” y las “conferencias”, y que el “Sínodo no es un parlamento o un locutorio, no es demostrar quién tiene más poder sobre los medios y quién tiene más poder entre en las redes para imponer cualquier idea o cualquier plan”.
Unas palabras que llegan después de las críticas de algunos cardenales a la celebración de este Sínodo y al documento de trabajo, que según ellos contendría incluso herejías.
“Esto configuraría un Iglesia congregacionista, si pretendemos buscar por medio de las encuestas quien tiene la mayoría. Una iglesia sensacionalista tan lejana de nuestra Madre la Iglesia católica”, continuó.
Ante las “resistencias”, que dijo que “es normal que las haya”, el pontífice pidió “orar, rezar mucho, reflexionar, dialogar y escuchar con humildad y no creer que se sabe todo”.
Aunque no pidió silencio a los participantes en el Sínodo, les advirtió de que informar con “ligereza, con imprudencia” a los periodistas o “decir lo que pienso” podría crear equivocaciones.
Con información de EFE