Está por verse si las protestas se traducen en votos a favor de su rival en las elecciones de noviembre, Joe Biden, un aspirante que entusiasma a pocos jóvenes
Las protestas contra la violencia racista en Estados Unidos han reforzado la caída en las encuestas del presidente Donald Trump, pero está por verse si la energía en las calles se traduce en votos a favor de su rival en las elecciones de noviembre, Joe Biden, un aspirante que entusiasma a pocos jóvenes.
En una de las manifestaciones en Washington por la muerte del afroamericano George Floyd, un joven con mascarilla azul se paseaba en bicicleta entre la multitud con una súplica escrita en un pedazo de cartón: “Recuerden esto en noviembre”.
La pancarta resumía bien el anhelo del Partido Demócrata, que se ha apresurado a respaldar las protestas por la violencia policial que afecta a los afroamericanos, un bloque de votantes históricamente progresista pero cuya participación disminuyó en las elecciones de 2016 respecto a la década anterior.
Las protestas se han repetido en más de 700 ciudades y pueblos de todos los estados de EE.UU., incluidas localidades mayoritariamente blancas o conservadoras, en una señal de que la ola de frustración no solo ha movilizado a los negros, sino que ha generado un examen de conciencia entre los estadounidenses de raza caucásica.
Preocupación en la campaña de Trump
El movimiento ha generado preocupación en la campaña de reelección de Trump, que en las últimas semanas ha visto cómo decaía su apoyo en estados clave como Arizona, Ohio, Florida y Georgia, además de entre los estadounidenses de mayor edad.
Trump comenzó 2020 con opciones considerables de imponerse en las elecciones de noviembre, gracias a la expansión económica de la que disfrutaba el país, la ventaja inherente que le concede ser un presidente en ejercicio y la naturaleza del sistema electoral de EE.UU., que centra la batalla en un puñado de estados clave.
Sin embargo, la llegada del coronavirus COVID-19 a Estados Unidos -convertido en el país con más casos y muertes por la pandemia– y su impacto en la economía complicaron el panorama para Trump, que ahora también debe afrontar la ola de protestas.
Biden lleva ventaja, pero queda mucho para noviembre.
“Con el COVID-19, el declive económico y las protestas sobre el racismo y la policía, diría que Biden tiene un 60 por ciento de opciones de ganar”, dijo Zoltan Hajnal, profesor de ciencias políticas en la Universidad de California en San Diego.
Aunque las protestas han generado un debate sobre el racismo que podría influir en el resultado electoral, Hajnal cree que ese impacto será probablemente “marginal” a no ser que las manifestaciones duren “bastante tiempo”, porque aún quedan cinco meses para los comicios del 3 de noviembre.
“Estas elecciones están todavía en el aire”, subrayó el experto.
Ante la indignación, “Ley y Orden”
Según una encuesta publicada esta semana por la cadena CNN, solo el 38 por ciento de los estadounidenses aprueba la gestión de Trump, su peor puntuación en un año y medio, y un porcentaje similar al que registraron en este punto de su mandato los expresidentes Jimmy Carter y George H.W. Bush, que perdieron sus campañas de reelección.
La estrategia de Trump para hacer frente a ese dato y a las protestas ha consistido en rescatar el lema de “Ley y Orden” de su campaña de 2016, que también utilizaron los expresidentes Richard Nixon y Ronald Reagan y que funciona bien entre el 30 por ciento de votantes que le respalda incondicionalmente.
No obstante, dado que su victoria en 2016 fue muy ajustada, Trump necesita movilizar a una coalición más amplia, y es difícil que el eslogan férreo y sin matices de “ley y orden” consiga hacerlo en el contexto actual: al contrario, “podría desviar al campo demócrata a muchos votantes moderados o independientes”, según Hajnal.
Con información de EFE